domingo, 4 de marzo de 2012

¡ESOS LEJENDARIOS DESAYUNOS ESCOLARES EN COMPAÑÍA DE BIMBO!

Quiero dedicar esta entrada a recordar esos sabores y olores que tengo grabados en mis recuerdos de infancia. En concreto, a los olores que se desprendían de mi primera mochila escolar, todavía la recuerdo, una cartera bandolera marrón preciosa, con los dibujos de los sobrinos del pato Donald en fila vestidos de tramperos del oeste con ese gorrillo trampero de piel de castor tan típico americano. Eran los jóvenes castores.

Iban así vestidos pero en fila y andando.
La verdad, que aquella cartera es la que recuerdo con más cariño. Fue la primera,  la que me abrió las puertas al colegio. Fue la que me enseñó que empezaba a tener que ser responsable aunque solo tuviera 4 añitos, que al igual que mi padre iba a trabajar y luego nos contaba que tal le había ido el día, yo tenía que hacer lo mismo pero a mi nivel, es decir, aprender y jugar y luego contar en casa qué tal me había ido el día, lo cual me hacía sentir muy importante ante los ojos de mis padres. Fue la primera cartera que me compró mi abuela Pepa para ir al cole. Fue la cartera que me acompañó ese primer y segundo año de parvulitos (como se llamaba antes) y con la que me sentía importante, pues aunque iba medio vacía, a lo sumo una ficha, una circular, o la cartilla de lectura ...para mí aquello fue un universo por descubrir y que lo fui haciendo mientras fui creciendo, aprendiendo, jugando, compartiendo, ... en el colegio.
Pero hay algo que recordaré siempre, ese olor que salía de mi cartera cuando salía al recreo, ese olor a donuts envuelto en papel de estraza marrón, recién comprado en aquellas panaderías antiguas y que a día de hoy quedan muy poquitas pero que todos añoramos. Era un olor especial, que solo salían de aquellas carteras  de los que fuimos niños en los 80 y que hoy ya no se huele. Era una esencia precedente del donuts (de azúcar o bombón), del pañuelo, del cuerno relleno de chocolate, del triángulo, de la palmera de hojaldre repleta de chocolate... de esa gama de dulces sin plastificar (como ahora sí vienen) que solo se vendían en esas panaderías y que nos supieron a gloria a todos los que fuimos niños y adolescentes en los 80, y que ahora no seríamos capaces de comer por múltiples motivos. Es más, ya no se ven esos desayunos en los patios de los colegios, hemos pasado a algo más saludable, yogures bebibles, zumos, fruta,... y algún que otro bocadillito pero hemos perdido esa "magia olorífica" que nos acompañó en esas frías mañanas escolares.
Además de los donuts de azúcar que me llevaba al colegio para el desayuno (qué tiempos!), recuerdo que empecé a alternar el donuts con unos  bollitos que venían con envoltorio y además eran cuanto menos curiosos. Se trataba del Tigretón y de La Pantera Rosa, este último el mejor pues era un bollo rosa. Siempre me preguntaba de qué estaría hecho,jjj, pues era totalmente rosa, esponjoso al comerlo y relleno con una crema blanca que en conjunto sabía maravillosamente. 
El caso es que descubrí  a Tigretón, Pantera Rosa, Bony, El Bucanero,... y algo que me encantaba sobretodo para merendar, se trataba de un bollo que venía metido en una bolsa transparente con una onza de chocolate muy dulce y con una pegatina.  ¡Qué maravilla! cuánto me gustaba este último bollo, que se fastidió cuando salió al mercado el bollycao. Sí, es verdad el bollycao venía dos en uno y además con la pegatina, pero se perdía esa toma de decisión de comer alternando bollo y chocolate al compás que quisieras y que era esencial cuando se era niño pues o bien estabas jugando al escondite, al fútbol o viendo los dibujitos de la tele y a veces alterabas el compás de comida: bollo-chocolate por bollo-dos de chocolate,... 

bolleria bollos infancia pasado tigreton

bolleria pastelito infancia pasado bucaneros

bolleria bollos infancia pasado mi merienda

Esta mañana al ir al comprar el pan no sé porqué, se me ha venido a la mente estos recuerdos y me he dicho voy a  viajar brevemente en el tiempo a mi infancia y sentirme como en casa, esa casa donde me sentía protegida, acompañada, querida, valorada, respetada por mis padres y mi hermano, esa casa que añoro y a la que sé que es imposible volver pero a la que al menos puedo ir de visita a través de mis recuerdos.
Así que aquí os dejo como ha quedado mi bollo de La Pantera Rosa, el que más me gustaba de este trío formado por: Tigretón, Bony y Pantera Rosa.




Ahora vienen dos bollos por envoltorio y no viene la pegatina que supongo vendría cuando era pequeña, antes venía solo un bollo y como digo imagino que la pegatina o calcamonía correspondiente como pasaba con los Phoskitos.
La verdad que no me importaría que volviera a venir alguna colección de pegatinas o calcamonías para hacer alguna colección con álbum incluido que pudiera formar parte de mi colección de álbumes de cuando era peque, pero con alguna serie de ahora, no sé tipo Invizimals, Gormitis,... sería genial volver a aquellos mágicos momentos, sobretodo para los que fuimos niños en los 80 ahora convertidos en adultos coleccionistas y muy celosos de los recuerdos de nuestra infancia.
Hay algo que me encantaba de los envoltorios de Bimbo y era su símbolo, este osito repostero:


Aquí os dejo la sintonía aquella de "Somos Bony y Tigretón"...para ir recordando y abriendo boca:




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