sábado, 14 de junio de 2014

Descubriendo a Mary Poppins

Todo empezó una tarde de sábado allá por los años 80. Recuerdo que estando en casa de mis abuelos llegó mi tío con la idea de llevarme al cine. Yo me puse como loca de contenta porque iba a ver algún estreno de moda del momento en pantalla grande y encima me llevaba mi tío. Lo que significaba: peli, palomitas y Coca-Cola. Jjj, parecerá una tontería pero antes si ibas al cine con tus padres no te compraban nada de chuches pues consideraban que te quitaban el hambre. Ya ves, ibas al cine a las cinco y supuestamente te quitaba el apetito para la cena, jjj) o lo que era peor te guarreaba el estómago y luego te ponías malo/a. Además cuando ibas al cine con tus padres lo hacías de higos a brevas, al menos en mi caso. Así que cuando mi tío venía con la idea de llevarme había que aprovechar, ya no tanto por ver un film en pantalla grande sino por el ritual que le acompaña. Pues sinceramente, ¿qué es ver una cinta en un cine sin comer tus palomitas y beber tu Coca-Cola? Lo mismo que ir al fútbol sin la bufanda de tu equipo y sin el bocata de tortilla.

Y ahí surgió el primer lío, ¿qué película quería ver? Mi tío me dio a elegir entre "El retorno del Jedi" (1983) y "Mary Poppins". Sí, efectivamente, esta última es más antigua de hecho se estrenó en España en 1965,  pero como solía ocurrir en los 80 se debió de reestrenar en aquel momento.

¡Uff, qué difícil decisión! Por un lado quería ir a ver aquella película donde salía esa canción tan pegadiza pero con una letra al menos en el estribillo, solo apto para lenguas de trapo. ¡Por favor!, ¡qué estrés!, solo el pensar que la tengo que repetir.


"Supercaligrafilisticoexpialidoso", he ahí la palabrita. Jjj, mucho sentido no tiene y mucho menos cuando lo dicen al revés, pero no sé porqué a los niños les gusta tanto.
Por otro, y el más importante para mí, estaba el de defender a capa y espada aquello en lo que creo, aquello que me define, aquello que me configura como persona ... defender mis gustos aunque vayan a contracorriente con los de la mayoría de las personas que me rodean y en tiempo. Así que no podía ser de otra forma, decidí ver aquel otro film que a día de hoy forma parte de una saga de fantásticas películas, que parece ser no van a tener fin, ya que los amantes de las mismas tampoco queremos que lo tenga y más y cuando eres amante de su merchan en todas sus facetas.

¿Sabéis cuál es? jjj, es muy fácil sobre todo si me seguís en el blog.




"El Retorno del Jedi" (1983), esa fue mi gran elección, de la cual no me arrepiento. Recuerdo que salí del cine encantada y enamorada de unos seres chiquitos y peludos que transmitían ternura y parecían peluches: Los ewoks. Sí, me encantaron. Hay muchos aficionados que consideran esta cinta como la más "infantiloide" por la aparición de estos seres. En cambio, otros fans la consideran fantástica. Francamente en el momento que fui a verla no me planteé nada de esto, solo sé que me encantó y que los ewoks me entusiasmaron.

¡Ay, qué pena! Suspiro, porque cuando eres pequeño a pesar de la seguridad que tengas siempre te pueden hacer daño ya que eres más débil y careces de estrategias para defenderte de los ataques provocados por la envidia por ser y querer ser tú.

Voy a evocar unos momentos ahora con el tiempo anecdóticos pero que por aquel entonces siendo yo una cría no lo fueron e hicieron que Mary Poppins se convirtiera en una película a la que le tengo una manía atroz.

En aquellos entonces en los que contaba con 7 años, tenía dos compañeras del colegio, que a su vez eran vecinas e íbamos en la misma ruta del bus escolar. ¡Menos mal que no estaban en mi clase ya que una era dos años mayor que yo y la otra uno menor! El caso es que siempre que estaban delante de mí, solían darme de lado usando la siguiente artimaña: se ponían a mi lado cotorreando a voces lo que hacían juntas los fines de semanas o los días que se juntaban (las familias de ellas eran muy amigas) fuera del colegio para que yo las oyera y así restregármelo a la cara. Ahora con el tiempo me doy cuenta que parece ser que no eran felices haciendo cosas juntas, sino que su satisfacción radicaba en intentar darme envidia de algo que ellas pensaban que me tendría que dar celos. ¡Qué pensamiento más simple tenían estas dos y qué poco me conocían!, jjj.
El caso es que en una ocasión me dijeron que habían ido a ver una película en pantalla grande, que contaba la historia de una señora que venía del cielo con un paraguas y que iba a casa de unos niños muy malos para cambiarlos y hacerlos más dóciles con sus padres. A mí la verdad que me dio igual pues el argumento que me dieron me pareció aburrido y poco original, pues yo ya estaba harta de ver filmes de Disney u otra productora donde se contaban cosas parecidas. Como ellas notaron que no las hacía caso, se les ocurrió la brillante idea de tararear una canción a modo de código secreto que salía en la cinta en cuestión y recuerdo que la canturreaban con miradas cómplices para sacarme de mis casillas de alguna forma. A veces pensaba que lo hacían para meterse ya no conmigo, sino con mi familia, en concreto con mi madre. Y eso sí que no lo soportaba.
Invoco como entonaban la serenata en cuestión mirándose con risitas maquiavélicas y de complicidad y decían aquello de: "... Si hay un poco de azúcar esa píldora que os dan, la píldora que os dan pasara mejor...". En aquellos momentos, me sentía mal no porque hubieran ido a ver una película que triunfaba, y que supuestamente, al ser yo una niña tendría que haber elegido en lugar de ir a ver El Retorno del Jedi, la cual la solían elegir los niños. Sino por cómo me lo restregaban para intentar fastidiarme. Al final yo aguantaba el chaparrón de tonterías en silencio y con mirada de pena  deseando llegar a mi casa para echarme a llorar con mi madre y contarle lo sucedido. 
Eso sí, no lo dudéis siempre con la cabeza muy alta y orgullosa de no haberme dejado manipular por la publicidad de la época, o por el hecho de lo que supuestamente me debía de gustar por el solo hecho de ser niña, y haber ido a ver a mi Darth Vader, a Yoda, a R2D2, a C3PO ... y por supuesto a mi gran descubriento, los Ewoks. 


¡Madre de Dios!, si ellas supieran que esa canción que tanto alababan me parecía, al menos saliendo de sus bocas, absurda y sin ningún sentido ... porque vaya tela, sinceramente lo de la píldora, jjj.





Quiero destacar dos momentos interesantes y divertidos en esta canción: los pajaritos que son maquetas pero que en su momento serían lo más grande en tecnología y que los niños cuando irían a verla ni se darían cuenta y por supuesto el final, cuando la Mary Poppins del espejo canta y la otra la llama descarada, jjj. Sencillamente, ¡memorable!

La verdad que este suceso desagradable asociado a este film no ha favorecido mucho que tuviera mucho interés posterior en verla. Al contrario ha conseguido que la fuese teniendo manía.




Pasaron los años y por los iniciados años 90 un buen día anunciaron que echaban por televisión Mary Poppins. Me dije, ¡uhi! habrá que verla. Pero en mi inconsciente estaba la experiencia grabada. Así que aproveché para verla. Y ocurrió lo que tenía que ocurrir: ¡No me gustó nada!, es más ¡me aburrí de lo lindo!

En el presente de mis días, la sigo rehusando y me da coraje porque ya no sé si la rehuyo  por aquel episodio de mi infancia, o si lo hago porque directamente no me gusta, no me llena o atrae.

Para mí no es justo, porque en el fondo no le doy una oportunidad. Lo reconozco, pero no puedo. Me cuesta deshacerme de esas cadenas a las cuales va atada en mis recuerdos. 

Si es verdad, que la temática de la película, no me es atrayente y mira que me gustan los musicales, es decir, aquellos filmes que sin saber porqué en un momento dado y sin venir a cuento, jjj, los actores dejan de hablar y se ponen a cantar y bailar. Y por supuesto,  ¡qué me encantan las pelis de Disney! sobre todo en las que se mezclan humanos y dibujos como sería el caso de ésta. Pero particularmente, no soy seguidora de las historias protagonizadas por niños traviesos, cuyos padres no son capaces de hacerse con ellos y necesitan la ayuda de un ser mágico a los ojos de los pequeños. En este caso, una mujer que baja del cielo sin saber de dónde ni porqué,  con un paraguas y una vestimenta poco glamurosa. 



Francamente, le da un aspecto más "rollo Rotenmeyer" pero que la gran Julia Andrews lo dulcifica con esa apariencia dulce y angelical que tanto la ha caracterizado. E intentará meter en vereda a unos niños desobedientes, consentidos, con exceso de bienestar y faltos de límites que en cierto modo intentan llamar la atención de sus padres ya que se sienten soletes. Y esta mujer con cariño, paciencia y muchas atenciones les dará una lección que no olvidarán en sus vidas. Al final los niños, como suele pasar en este tipo de películas se transformarán, de la noche a la mañana, y dejarán de ser traviesos y madurarán (para mí dejan de ser niños y se convierten en miniadultos, ¡qué pena!). De tal manera que dejarán de necesitar a Mary Poppins, la cual se irá como ha venido con su paraguas y volando hacia el cielo en dirección de alguna casa con niños con problemas parecidos.


jjj, mirándolo bien, esta película es más de CCFF que la propia Guerra de las Galaxias, porque mira que ir y venir volando con un paraguas...

Reconozco que si quitáramos el argumento e hiciéramos un montaje solo con los números musicales a modo de documental ya hablaríamos de otra cosa. Pues me parecen fantásticos, de una imaginación y creatividad solo digna de los más grandes.


El otro día en una feria del juguete, de las múltiples que frecuento, me encontré con estas figuritas de plástico.




Fue curioso porque al verlas me acordé de uno de los protagonistas de Mary Poppins, al deshollinador. Interpretado por el entrañable Dick Van Dyke.




Y sentí algo que nunca había sentido, cariño por este personaje. Lo que me hizo reflexionar, pues si siento afecto por un personaje de una película que he llegado a odiar es porque algo en mí está cambiando. O mejor dicho algo estoy superando por lo que decidí comprar las cinco figuritas. La verdad que son bastantes curiosas y raras. No tengo ni idea ni de qué marca son, ni del año, ni mucho menos donde salían. Me da igual, ya que si me hacen mirar con otros ojos una obra de arte como puede ser Mary Poppins bienvenidas sean.






No sé, si me ayudarán a ver nuevamente el film pero lo que está claro es que me ha dado la oportunidad de escribir esta entrada dedicada a Mary Poppins, hecho que en la vida me habría planteado.

Sin duda esta es la canción que más me gusta del film.


En fin ..., decir que me siento muy orgullosa de en su momento decidir ir a ver Star Wars Episodio VI ya que reafirmé mis principios, mis ideas, no me dejé influenciar. Gracias a ello he podido disfrutar a lo largo del tiempo de mis aficiones sin complejos. Lo que han hecho de mi infancia una maravilla, contando desde luego con el apoyo siempre incondicional de mis padres, la ayuda de mi hermano y por supuesto contando con mi abuela Pepa que ha hecho realidad muchas ilusiones gracias a ser ella mi heroína de los muñecos. Gracias a todos ellos he podido vivir sin complejos, con ilusiones, con una gran capacidad de decisión, atendiéndome a las consecuencias que me podrían acarrear mis decisiones, libre de todo tipo de ataduras mentales (es decir, sin prejuicios), aprendiendo a ser responsable y respetuosa, con un alto sentido del deber ... todo ello me ha moldeado como adulto libre, feliz, con muchas ilusiones y cosas por hacer y descubrir. ¡Qué satisfecha me siento que un buen día decidiera ir a ver Star Wars  en lugar de Mary Poppins!. Ocasiones siempre van haber para hacer o ver cosas, pero para ser feliz en el día a día no siempre las hay.