domingo, 24 de junio de 2012

UN COCHE DE PELÍCULA

Si hay  un género cinematográfico que me encanta ese es por supuesto, el thriller policíaco. Desde muy  pequeña he sido una fanática de las películas de policías y en muy en especial las que se hicieron en los años 70. Films con atmósferas sofocantes, claustrofóbicas en algunos casos, aterradoras e inquietantes,... en donde la propia ciudad se convierte en un personaje más de la historia. Estas pelis suelen empezar dándonos una vista general de la ciudad, donde se nota un bullicio casi siempre caótico y desordenado, en donde escuchamos sus ruidos, sirenas de polis, de ambulancias, pitidos de taxistas, ... etc, de forma que nos es fácil hacernos una idea de como va a ser el contexto, donde se va a desarrollar la historia que nos van a contar, y nosotros como espectadores podamos buscar en ello, algunas de las causas para así justificar determinados comportamientos de determinadas personas. Después, poco a poco nos van centrando y a para ello nos van llevando a alguna calle o lugar donde se ha cometido alguna fechoría o por el contrario un sitio importante dentro de la historia.
Si somos algo observadores podemos ver cierto paralelismo entre las cintas del oeste (género que me apasiona) y las de los polis sobre todo la de los años 70. En ambas hay una figura dispuesta a poner orden y a solucionar problemas. En el oeste suele ser un sheriff o un justiciero contratado por unos ciudadanos, mientras que en los thrillers de los 70 suele ser un inspector de policía o un detective privado con cierto aire de justiciero en sus métodos. En ambos casos, son aclamados por los ciudadanos que están hartos que les acosen por diferente motivos y nadie les da soluciones. Y por supuesto, estas figuras son vistas con malos ojos por sus compañeros o por el resto de los que se supone que conforma la "justicia" por los métodos que usan o porque sencillamente intentan resolver asuntos que por lo que sea a las instituciones les interesan que sigan existiendo. En las películas del oeste se usa mucho el silencio y el transmitir el miedo en los ojos de los ciudadanos, generalmente comprados por quienes les interesa que siga fallando la justicia y en las de los policías usan más los ruidos de la gran urbe para darnos sensación de agonía y angustia y así sentirnos desprotegidos. Respecto al paisaje podemos decir, que en ambos tipos de films, son áridos y desérticos, cambiándose el escenario del pueblo, rancho o desierto por una urbe llena de edificios que producen claustrofobia, ansiedad y miedo.En definitiva, en ambos géneros los malos y los buenos siguen siendo los mismo pero cambiándoles los ropajes y los paisajes. Y lo más curioso e interesante, es que los espectadores seguimos siendo los mismos y nos seguimos inclinando por los mismo personajes. Si vemos una del oeste o de polis, nos inclinamos por aquellos personajes, que luchan para conseguir un orden aún usando unos métodos poco ortodoxos para luchar contra "los malos", pues a nosotros nos da igual, porque queremos que haya "justicia" y de esa forma nosotros también "ajustar" cuentas como espectadores con esos malotes. Los cuales hemos rechazado dese el minuto uno del metraje y generalmente el guionista o el director, consigue que nos identifiquemos con las víctimas, las cuales podemos ser nosotros mismos en cualquier momento. Por eso, al final consiguen que simpaticemos con estos "justicieros" y los consideremos los "buenos" que dan caza a los malos, de tal forma que cuando finaliza el film, el director no solo ha conseguido detener al malvado en sus historia, sino que a nosotros los espectadores nos llega la tranquilidad de que ese tipejo ha sido detenido y nos sentimos protegidos.
El tema es que muchas de estas películas al final, nos hacen pensar y solemos terminar haciendo paralelismos con los sucesos reales de nuestro día e incluso usamos estos films como "presagios futurísticos" sobre lo que puede pasar y no ha pasado, que incluso a veces nos podemos llegar a autosugestionar pensando eso puede ocurrir en cualquier momento o lo que es peor, que algún perturbado lo vea y quiera realizarlo.

Entre los paralelismos hay algo que para mí es esencial entre ambos géneros y es la música. En los  Wensters se escucha mucho Country y ahora en los films de polis se escucha Jazz. En ambos casos, dos estilos puramente americanos de los más profundo que suelen acompañar a los personajes a lo largo de sus historias tan desdichadas en la mayoría de los casos.

Hay varios films para mí de culto dentro de este género policíaco de los 70, tales como:

- Pehalm 1, 2, 3 (1974), historia bastante claustrofóbica y espeluznante, en donde un grupo de chalados secuestran un convoy del metro neoyorkino con rehenes y tienen a la policía en jake, mientras ellos redimen sus fechorías y amenazas por los "capilares" de la gran ciudad.
Éste fue un film que vi con bastante edad, pues recuerdo que cuando la echaron por la televisión siendo una cría, mi madre no me dejó verla. La verdad, que me alegro de no verla en aquellos momentos pues sí es verdad que yo he tenido un problema serio con el metro y a día de hoy a veces me apodera el pánico de ese miedo que tuve siendo una niña. Desde muy pequeña siempre he pensado que podía ocurrir algo parecido a lo que descubrí  se contaba en ese film. Recuerdo que era una odisea que viajara en metro en aquellos años 80 por Madrid ya que casi siempre se "atascaba" el metro en el túnel y aunque solo fueran segundos lo que se parase para mí era una eternidad, además recuerdo la cantidad de adolescentes que entraban en los vagones con esas pintas tan ochenteras y ahora tan recordadas, pues la mayoría se identificaban con alguna tribu urbana de la época en lo que a vestimenta se refiere, claro, y solían darme miedo. Así que si mezclaba el miedo a esos adolescentes por sus aspectos, lo que yo maquinaba que pudiera pasar, el pensar que si se atascaba el metro nadie podía venir a socorrernos,... consiguió alimentar mi imaginación de niña durante muchos años que incluso llegó a crearme ansiedad en algunos momentos así como angustia convirtiéndose en un martirio el hecho de coger el metro por aquellos entonces. Menos mal que a día de hoy está superado esos miedos, aunque a veces salen de otra forma.
Así que cuando vi por primera vez esta peli siendo ya una adulta aluciné pues todo lo que me contaron en esta peli yo ya me lo imaginaba de peque. Ahora entiendo porqué mi madre no me dejó ver esa película. Menos mal, mamá, porque si ya de por sí tomar el metro conmigo ya era un martirio también para vosotros por todo lo que os decía que me imaginaba y creía podía pasar, ¿qué hubiese sido si la hubiera visto a destiempo?. Lo tengo claro, hubiera avivado un fuego, que me hubiera creado un problema para los restos.




-Harry Callahan (la saga), el detective llamémoslo "My Way". La verdad que los detectives que siempre nos han vendido en este tipo de películas, han sido tipos especiales y con un método de actuación que lo identifica y le diferencia del resto, imprimiéndole su sello. Son policías que suelen actuar por libre. 
Harry, lo veo como un hombre rudo, con unos modales toscos y a veces hasta algo misógeno, con un gran sentido del deber y la justicia para el que  "los medios justifican los fines". 
En general, las películas de policías se nos retrata un sistema "podrido y corrompido" pero que al final las víctimas siguen siendo los propios delincuentes, pues siempre hay un momento en la historia para justificar esos comportamientos. En los films de Harry, podemos observar cómo las víctimas son justamente los ciudadanos que se quejan y piden ayuda a un sistema que les da de lado y como él a modo de justiciero, por sus métodos un tanto especiales, intente dar soluciones que chocan constantemente son el sistema y esto le puede llegar a costar perder la fé y la confianza en dicho sistema.
En las películas de Harry, se observa cierta habilidad que tiene el guionista, al igual que en el resto de pelis de este tema, de conseguir que simpaticemos con estos "supervivientes sociales" y veamos a través de sus ojos como tendrían que ser las cosas. Por tanto, terminamos aceptando los medios y pensamientos de Harry, que es en el fondo el mensaje y la crítica que se hace desde las historias que se nos cuenta en sus films. Es decir, estamos hartos que las  auténticas víctimas son al final las que no se protegen y los verdugos siempre terminan por justificar sus medios, ya sea por su infancia, pasado,... y al final lo que hacemos es protegerlos. De ahí el éxito de esta saga y al mismo tiempo su escándalo, por llamarlo de alguna forma.


-Sérpico (1973), película que, el protagonista convirtió a su personaje en un mito y el personaje a su vez, convirtió al actor en leyenda.
Para mí este film, constituyó un antes y un después en este tipo de historias, pues se nos narra algo que nunca se pasa de moda. Frank Sérpico, que en 1970 denunció la corrupción existente en todas las comisarías de New York en las que estuvo destinado. Sus compañeros se lucraron con "ingresos extras" procedentes de las drogas. Frank, tuvo el dilema de dejarse sobornar o denunciarlos.
Es un film que recuerdo siempre con nostalgia pues a mi madre le encantaba y siempre me hablaba de este film y la historia de este policía que luchó por su integridad, su honradez y los derechos de los ciudadanos.
Para mí se convirtió además en una cinta de culto, pues su protagonista aparece con un aspecto "ideal" rompiendo patrones. Además la música de Mikis Theodorakis, es una auténtica maravilla.



Magnífico Al Pacino, sobre todo en esta década de los 70 y tan olvidado y para mi gusto mal utilizado con el tiempo. ¡Qué pena!, le pasa como a De Niro, con lo buenos actores que fueron en sus inicios y lo mal que ha pasado el tiempo cinematográficamente hablando para ellos.

Pero si hay algo que me encanta y creo que a muchos, son las persecuciones policiales. Y hay una persecución por encima de todas, y es la de la mítica película Bullit (1968), por supuesto para el lucimiento de Steve McQueen.



Debido a mi mitomanía respecto a este tipo de films voy a mostrar el Ford Mustang que tanta popularidad le dio a éste recordado film, sobre todo por su magnífica persecución policial por las calles de San Francisco.












Steve McQueen


Debido a mi afición a este tipo de películas desde niña, y por supuesto, a la admiración que siempre he sentido al hecho, de que en este tipo de films siempre haya un momento de acción, resumido en una persecución policial, en la que te sientes tú protagonista de la misma y disfrutas con ello, se convirtió en una de las causas, por la que desde muy cría he tenido predilección por los coches de policía. Siempre me han gustado aquellos que al ser posible me transmitieran esas sensación de estar perdida en una de esas calles que reflejan las pelis que tanto me gustan, me permitiera soñar con el hecho de estar conduciendo ese coche y ser yo la detective por unos minutos, y así llevarme los laureles de unos y las críticas de otros. Al mismo tiempo sentir esos sentimientos de sentirte agusto contigo mismo cuando haces tu trabajo con ilusión y crees en ello, pero siempre viene alguien a recordarte que todo tu trabajo no ha servido en principio para nada porque te echan para atrás y sientes efectivamente que todo está podrido.
Debido a esto siempre he conservado este precioso coche de policía de retrofricción, de la marca Sanchís. Para mí es una auténtica joya de coleccionista que hizo las delicias de mis juegos infantiles y que a día de hoy cada vez que lo veo y cojo me permite sumergirme en cualquiera de las películas que tanto me entretienen y me gustan de esa olvidada década setentera.











domingo, 17 de junio de 2012

PIPPI CALZASLARGAS, PIPILOTTA PARA LOS NIÑOS SOY!

Hace unos meses adquirí el libro de Guillem Medina: "Abuelito, dime tú. Los dibujos animados de nuestra niñez".



Es un libro que se lee rápidamente y se centra en las series de dibujos animados que hicieron la delicia de los que fuimos niños en los ochenta. Efectivamente, no están todas ni las que están son todas las mejores, pero si recoge la esencia de las que fueron más importantes o destacadas en aquellos años, es decir, cuando hablamos de series infantiles de los 80 éstas no pueden faltar ya que son las que a todos se nos vienen a la mente. Si eres un nostálgico de los 80 y en especial de las series infantiles este libro es ideal, tal es mi caso que al verlo en una librería lo compré y me lo leí en una tarde.
Como digo se centra en distintas series infantiles de los 80 y aunque nos habla de la historia de cada serie, nos hace una sipnósis y nos habla de sus personajes, siempre le dedica un pequeño espacio al merchan de la serie o a contar alguna anécdota sobre la producción de la misma, sobre su música o a aportarnos algún dato de interés del escritor de la obra, si la serie está basada en un libro, o del guión...

Bueno pues leyendo entre sus páginas me encuentro con una serie infantil de esas que todos recordamos, hayamos sido peques o no en los 80. Se trata de una serie con un guión bastante fantástico que se centra en las aventuras de una niña un tanto especial y sus amigos, entre los que están un caballo blanco con manchas negras y un mono. Seguro que todos ya sabréis de quien hablo. Por supuesto, de Pippi Lanstrumpf o Pippi Calzaslargas como la conocimos aquí en España.

Para mi Pippi fue la protagonista de una serie que me parecía increíble. Pues ella misma vivía sola, en compañía de un caballo y un mono, disponía de dinero, comía todo lo que le venía en gana (chuches y dulces, generalmente a todas horas,jjj), vestía como le apetecía, es decir, me impresionaba que una niña de unos 9 años tomara decisiones e hiciera lo que le diera la gana en todo momento. Siempre esperando  la llegada de su padre, el cual era un pirata y no venía nunca, pero a cambio le mandaba muchos cofres con dinero. Vamos era el ídolo de cualquier niño, tanto de los 80 como de ahora, por eso este personaje no se pasa de moda,jjj. Además Pippi, tenía poderes como un superhéroe, jjj, podía levantar a su caballo con las dos manos. Vamos un auténtico ídolo infantil de masas. La serie de Pippi, no recuerdo verla con mucha frecuencia, no sé si por que no la echaban todos los días, y si la echaban cambiaban el horario, o la hacían los fines de semana a un horario en el que yo estaba jugando con mis kekos o estudiando,... Es una serie con la que tengo ciertas lagunas (raro en mí), pero lo que si recuerdo es que cada vez que veía un episodio de los mundos aventureros de esta niña, me llenaba tanto que tenía Pippi para rato y no tenía la necesidad de al día siguiente ver otro episodio, pues de antemano ya sabía lo que iba a pasar y con el que había visto tenía más que suficiente.
Quién no se acuerda de: Pippi Calzaslargas, Pipilotta para los niños soy, Pippi Calzaslargas si señor esa soy yo.


Como todos sabréis, Pippi es la protagonista de un cuento que la escritora sueca Astrid Lindgren escribió para hacer más llevadera la enfermedad de su hija, la cual le pidió que le contara un cuento para alegrarla y animarla en aquellos momentos. El caso es que la autora en un su momento lo quiso publicar para poder ayudar a más personas que pudieran estar pasando por una situación parecida a la de su hija y le pusieron pegas por ser una historia muy fantástica. Total que llegado el momento lo presentó a un concurso y ahí ganó el primer premio y consiguió publicarlo.
El simple hecho de que su creación fuera estar destinada a distraer durante un rato a todas aquellas personas que lo puedan estar pasando mal en su día a día, por diversas causas, se merece todo el respeto una generación que crecimos con Pippi, y que efectivamente cuando la veíamos, como fue mi caso, consiguió que tuvieramos a Pippi para largo en nuestra imaginación y en nuestros juegos, tal y como me sucedió a mí. Si eso lo consiguió conmigo que tuve una infancia muy feliz, que no pudo conseguir con personas que por una u otra circunstancia no pudo serlo, por eso desde aquí mi pequeño homenaje a esta simpática niña un tanto holgazana y anárquica, pero ante todo con una gran imaginación, fantasía y buen corazón, cualidades que la infancia debe de tener.

De Pippi se hizo bastante merchan, sobre todo a nivel de muñecas, de todos los tamaños y marcas. Pero yo me quedo con la serie que muñecos que salieron allá por los finales años 90, de los personajes de la serie: Pippi, El señor Nilsson (el mono), El pequeño Tío (el caballo), Tommy Settergren, Annika Settergren (sus amigos), Kling y Klang (los policías), ... entre otros. Esta serie de la marca Simba, son de plástico PVC y de un tamaño ideal. Yo solo tengo al Señor Nilsson y al Pequeño Tío, que por otro lado son los que siempre más me han gustado, más que la mismísima Pippi, pues en el fondo la veía muy fantasiosa y sabía que eso no podía ser verdad, pero al mono y al caballo si los veía muy auténtico.
Aquí dejo algunas fotos de dos de mis reliquias de Pippi.







Pequeño Tío

Señor Nilsson





sábado, 9 de junio de 2012

UN INDIO MUY ESPECIAL!

Os presento a Jefferson, alias Pequeño Lobo. Hijo del mítico Flecha Loca. Perteneciente a la tribu de los Chiricahuas y descendiente de dos grandes leyendas: Gerónimo y Cosiche. Jefferson, conocido así entre el mundo de  los blancos, está muy implicado en la defensa de los derechos y costumbres indias. Su familia actualmente viven en una reserva india en Dakota del Norte y él se ha unido al movimiento hippie y se ha marchado por tanto a San Francisco cargado de ilusión, buenos proyectos y propósitos y con ganas de cambiar y comerse el mundo.



Se trata de un custom madelman indio vintage. Me lo ofreció mi buen amigo Iñaki y le dije que me lo quedaba pero me lo tenía que customizar con las características que quería que tuviera Jefferson. Así que se puso manos a la obra y esta fue el resultado. 



Siempre he tenido la sensación que ese espíritu o filosofía india estaba muy en consonancia con el movimiento hippie. De ahí que quisiera tener a un custom madelman indio pero totalmente hippie.

Lo que conozco del movimiento hippie es producto de lo que he leído y sobre todo lo que he visto a través de las películas americanas que bien de forma directa o indirectamente hayan tocado el tema o simplemente nos han contado historias en un contexto social y cultural de aquellos años en que nación este movimiento.

Este movimiento que surgió en EEUU allá por los años 60 y que en síntesis fue una forma de rebeldía y protesta contra el sistema tuvo muchas manifestaciones socioculturales y artísticas, de las que voy a destacar el cine y por supuesto la música. Pues ésta última ayudó a mi entender sobre todo con la perspectiva del tiempo a encuadrar y entender a las personas que con sus ideales y sus formas de entender la vida originaron este movimiento, que a día de hoy sigue estando presente.

En mi caso ha sido la música la causante de que este movimiento me haya siempre interesado desde muy peque y siempre haya querido conocer sobre sus luces y sus sombras.

Hubo muchos solistas abanderados y destacados del movimiento que lucharon activamente en él de una forma u otra, y a otros les salpicó ya que empezaban sus carreras o sencillamente les tocó ese momento. Se convirtieron en aladines de un nuevo sonido, de una nueva forma de entender la música. El sonido psicodélico. Algunos de sus máximos abanderados fueron: Janis Joplin, Jimi Hendrix, Jefferson Airplane, Joan Baez,... Si hay un grupo que considero paladín de ese nuevo concepto musical es : The Doors. Cada vez que cierro los ojos y escucho su "Light my fire", me permite volar mi imaginación y sentirme que estoy en los años 60 americanos y formo parte de un grupo de estudiantes universitarios revolucionarios, inconformistas con la sitiación sociopolítica del país, en contra de la segregación racial, del machismo y de la intervención de EEUU en Vietnam. Me imagino que estoy en el festival Golden Gate Park (Woodstock) y soy la cabecilla de un grupo de amigos y que al son del flower power del momento, íbamos reivindicando nuestros derechos y usabamos toda nuestra ilusión e ideales por conseguir un mundo mejor. En el fondo me siento como mi Jefferson, una idealista de corazón qué piensa que con su granito puede aportar algo a la sociedad, piensa que habrá alguien que le guste y lo extienda sucesivamente formándose una cadena de ilusiones pero con convicción y trabajo de forma ordenada. He de puntualizar que en ningún momento fuimos abanderados ni del amor libre ni de las drogas ya que nuestra causa no las necesitaba, al igual que Jefferson.




Pero a mí entender el grupo por encima de todos, el más representativo de este movimiento y el que mejor recoge esta filosofía hippie nacida en California en los años 60, es sin dudarlo The Mamas & The Papas. Consiguieron ser los portaestandartes del Folkpop de una forma sencilla y suave convirtiéndose los embajadores de este espíritu del Flower Power.
Tuvieron  bastantes éxitos, pero creo que su mayor fortuna y el que recoge con los ojos cerrados toda la época del movimiento hippie sin lugar a dudas fue su California Dreamin'.



Estos años 60 donde tuvo su máximo apogeo este movimiento contracultural, fue una época marcada por los movimientos sociales, la lucha de los derechos de los negros, la aparición del movimiento de las Panteras Negras, ... y todo esto en el contexto tan marcado como fue la intervención de EEUU en la Guerra del Vietnam. Conflicto bélico cuyo máximo apogeo es el período del 64 al 75 y que destrozó a una generación, tanto a nivel físico como a nivel emocional. Los supervivientes, fueron los mal parados, pues en lugar de recibirlos como héroes y respetarlos por la sociedad como sí pasó años atrás con sus padres (recordemos que la mayoría de los que fueron sus padres fueron combatientes en la segunda guerra mundial) les ocurrió todo lo contrario. Teniendo que salir adelante con sus "taras físicas y emocionales" y vivir con los rechazos sociales, qué incluso en algunos casos vinieron de las propias familias, tal y como se nos refleja y tantas y tantas películas que con sus diferentes historias hacen críticas atroces de la situación social a la que se ven sometidos los supervivientes de esta guerra. 
Un ejemplo muy claro, se puede ver a través de la película Nacido un cuatro de Julio ( Oliver Stone, 1989) protagonizada magníficamente por Tom Cruise, William Dafoe, Kyra Sedgwick, Raymond J. Barry,... entre otros. Es un film que me impactó muchísimo pues me permitió entender algo como: "porqué después de tantísimas guerras en las que han participado los americanos, ésta es la que más les ha marcado". Creo que lo recoge perfectamente, al contarnos cómo un chaval (como tantos otros de esa generación perdida), llamado Ron Kovic se ve "obligado" a ir por diferentes presiones que le rodean (sobre todo y la peor la de su madre), tenemos que recordar que la peli empieza con un desfile muy patriótico un 4 de Julio, donde podemos ver a un niño Ron Kovic con su familia siendo testigo de éste. A través del niño podemos obsevar o al menos a mí me llega a través de su mirada que desea sentir en sus carnes esa sensación de héroe y de patriotismo como esos hombres que desfilan por su participación en la Segunda Guerra Mundial, al igual que hizo su padre. Así como poder desfilar algún día como ellos y sentir el cariño y el fervor de toda la sociedad. Y la verdad, y por desgracia para él, cuando llega a los 18 años hay un conflicto muy lejos de su casa en un lugar llamado Vietnam. Él vio ahí su oportunidad, lo que anhelaba desde niño.Por supuesto, tenemos que añadir la presión de su familia, en especial la de su madre que jugará un papel muy importante. Así que después de pensarlo, se va y ocurre lo que tiene que ocurrir, herido de guerra y ya inutilizado para el conflicto, así que devuelta para casa. En su primer desfile, él como protagonista, se da cuenta que todo lo que se había imaginado de niño no se cumple y ahí empezará su tortura día tras día, en donde habrá un momento muy duro con su madre, donde él le echará en cara la presión que siempre ha tenido de tener que ser como su padre y la obligación moral en la que se encontraba por ir al dichoso conflicto y como ella, al final hace como el resto de la sociedad darle la espalda, lo cual es peor porque es su madre y en el fondo se siente avergonzada de las formas de su hijo.




Nacido un cuatro de Julio, no es la única película que nos habla del conflicto, donde se ensalzan o se critican   de forma brutal las consecuencias para los supervivientes y sus familiares. Destaco algunas como: Apocalisis Now (Francis Ford Coppola, 1979), protagonizada por Martin Sheen, Marlon Brandon, Robert Duvall,... es un film que consigue transmitirme esa atmósfera claustrofóbica y agónica en la que estaban inmersos estos jóvenes y padres de familia, lejos de sus gentes, de sus familias, de sus lugares de origen,.... en definitiva lejos de la vida.
Otro claro ejemplo pero esta vez centrado más en la propia lucha, es decir, en el conflicto real, entre los soldados y los compañeros. Me refiero a este brillante film bélico llamado Platoon (Oliver Stone, 1986) protagonizado por Charlie Sheen, Tom Berenguer, William Dafoe, Kevin Dillon,... entre otros. Es una cinta que le acompaña uno de los mejores momentos musicales de la historia del cine, ya que si cerramos los ojos y escuchamos esta música sin saber qeu pertenece a la peli, te permite recrear una atmósfera de terror, dolor, odio, sin razón,... es decir, los ingredientes de la guerra. Todo ello conseguido a la pefección por Samuel Barber.




Además es una película que tiene un cartel que plasma de forma rápida esa pérdida de esperanza, esa desilusión, esa decepción,... en definitiva esa locura que vivieron muchas familias y chavales en aquellos años.


Volviendo al protagonista de mi entrada, Jefferson, me lo imagino con su maleta cargada de ideas, principios, valores, sueños, ilusiones y esperanza. Pensando en que podrá encontrar a gente como él, y otras muchas a las que podrá influir y de esa forma crear una cadena de mejoras para conseguir un mundo mejor.
Con esa ilusión atroz dejó a su pueblo, pero llevando consigo los buenos consejos de sus padres y abuelo, quiso pertenecer a su manera a esta corriente sociocultural que nacía. Sí, digo a su manera porque hay aspectos oscuros de este movimiento hippie como fueron el uso de las drogas o el amor libre, en los que Jefferson no participó ya que eso no le ofrecía nada con lo que poder mejorar y cambiar el mundo. Fue siempre fiel a sus principios y no se dejó arrastrar por lo que no le gustaba, él siempre defendió el amor de su única pareja, un amor sin prejuicios, sin taras, ni tabúes, lleno de respeto y pasión.
Fue un luchador incansable de sus ideas pero rechazó cualquier tipo de radicalismo que fuera asociado.
En definitiva, un idealista de corazón, un espíritu libre!




Por tal, su llegada a San Francisco me la imagino al son del himno hippie por antonomasia. Una canción cantada por Scott McKenzie, canción escrita por John Phillips integrante del grupo The Mamas and the Papas.















lunes, 4 de junio de 2012

LOS CONGUITOS

¿Quién no recuerda esta sintonía?


"................ vestidos de chocolate con cuerpo de cacahuet .................."


Efectivamente, se trataba de un anuncio de los muchos que se han hecho para hacer publicidad de estos panchitos cubiertos de chocalate.
La verdad, nunca me han gustado pues no soy muy "panchitera" y mucho menos mezclados con chocolate. Además con ese chocolate tan dulzón y característico de los conguitos. A mí las chuches me gustan que sean 100% dulces o saladas pero no híbridos que intenten confundir a mis papilas gustativas. Pues todos sabemos cuando comemos algo así, de antemano, como es el sabor por separado de cada sustancia y por supuesto sabemos como será la mezcla. Son de esos sabores que visualmente ya sabes como van a saber. Además, suelen ser todavía más dulces de lo habitual, supongo que para matizar el salado del cacahuete. 

El conguito protagonista fue durante mi dorada época juguetera de los 80 un gran reclamo para producirlo en masa y poderlo ofrecer de forma más o menos fácil a cualquier niño de esa época. Aunque francamente analizándolo con la perspectiva del tiempo, creo que estos conguitos que se hicieron no estaban pensados para los niños sino más bien para los adultos. Veréis porqué pienso que estaban más pensados para un adulto que para un niño: Solían llevar una ventosilla en la cabeza los que eran de látex y eso significaba al final que "tu padre" decidiera ponerlo en los coches ochenteros como el R5, Seat 125, Seat Fura, el Ibiza, el Panda, el R12, ... etc. También los había de plástico vinil, no muy adecuado a mi entender para las manos de un crío pues a la primera de cambio estaba tirado en el suelo y cascado por algún lado.
El caso es que por aquellos años los objetos con carácter infantiloide (juguetes) no eran muy solicitados por los papás de entonces, así que todos estos artículos de publicidad con aspecto de juguete venían a para a nuestras "delicadas" manitas. Sí es verdad, que siempre hubo excepciones y los había que les gustaban los juguetes o los objetos de colección, pero no obstante no era como ahora que a muchos papás disfrutan más con los kekos que casi los niños. Al menos cuando yo fui peque no conocí a ningún "papá" de mi entorno que le dieran tanta importancia a los juguetes como para ser coleccionista de los mismos como sí observo (afortunadamente) ahora. Es más, gracias a la pasión que muchos padres sienten por aquellos juguetes que tuvieron de pequeños y que a día de hoy guardan con todo su cariño, incluso llegando a coleccionarlos, han introducido a sus hijos en un universo fantástico. Un universo donde todos tienen cabida, grande y peques,   que se diversifica según qué tipo de juguete guste. Es decir, cada papá termina aficionando a su hijo a una determinada colección y de esta forma además de permitir compartir una pasión por los muñecos está ayudando a desarrollar el coleccionismo, y lo que es más importante: La ilusión de que nuestra infancia sigue viva.








La verdad que no recuerdo como llegaron a parar a mis manos tanto el conguito de látex arriba expuesto como el conguito de plástico vinil que muestro ahora.





De lo que sí estoy segura es que ambos conguitos, el de látex antes que el de plástico, fueron regalos de mi abuela Pepa. La que hizo realidad muchas de nuestras ilusiones (las de mi hermano y las mías) al conseguirnos aquellos muñecos de moda del momento, y que nos permitió desarrollar a tope la imaginación. Esa ilusión sigue viva en mí, lo que me permite cogerlos de mis estanterías con aquellos ojos de niña cargados de emoción por tenerlos y permitirme recordar aquellos momentos mágicos mientras escribo mis entradas dedicadas a ellos.

Durante los años 90 siguieron haciendo conguitos de publicidad e incluso yo los he llegado a ver en color blanco, como si de chocolate blanco se tratara el conguito.

Tengo también un gigantesco conguito de los 90 que es una hucha. Éste fue un antojo mío, que lo vi en desaparecida tienda de patatas fritas y variantes que hubo durante tantísimos años en la Corredera Alta de San Pablo y de la que éramos clientes habituales y mi abuela me lo compró a su debido tiempo. Recuerdo que vino llenito de bolsas de conguitos, las cuales yo ni las hice caso pero al qué si hice caso fue a mi conguito hucha. A día de hoy sigue siendo mi hucha favorita, la única que tengo y la que más ilusión me hace. Si es verdad, que está bastante tocada pues se me cayó muchas veces y al final al ser también de plástico vinil se ha cascado pero bueno ahí está soportando el paso del tiempo junto a mí,jjj.





Bueno y como se trata de un muñeco publicitario mencionar que se hicieron muchos anuncios sobre este famosa "mascota chuchera". Pero para mí si hay un anuncio que recuerdo por encima de todos y al que le tengo más cariño es aquel en el que aparecían estrellas de la música afroamericana como Stevie Wonder o la mismísima Tina Turner.



Madre mía que recuerdos!