lunes, 30 de julio de 2012

YO Y MI LLAMA!

Entre las múltiples colecciones que hago y tengo, hay una que he empezado hacer en un breve período. Se trata de una colección de figuras de animales en PVC, que recuerdan mucho a los de la marca Comic Spain.  Me refiero a los de la marca Schleich, Papo y Safari.
La afición a estos animales, la inicié porque vi en ellos a perfectos aliados de juegos para hacer dioramas con otros muñecos de mis diferentes colecciones. En concreto, me parecieron ideales para muñecos de la escala Madelman o parecida, como la de los Megos y Big Jim.
El caso es que fui adquiriendo algunos para hacer pequeñas escenografías y descubrí, que estos toys también merecían darles una oportunidad de formar por sí solos parte de mis colecciones varias,jjj.
Por lo tanto, decidí que iría adquiriendo aquellos, que además de servirme para formar parte de escenarios y así jugar con mis otras figuras, intentaría que me sugirieran algo, bien porque me recordaran momentos de mi infancia o sencillamente porque me gustara el muñeco en sí. En consecuencia, no colecciono todos los animales de Schleich y de las otras marcas, sino aquellos que para mí son esenciales por diferentes motivos. De ahí, que en general  mis colecciones sean tan anárquicas, es decir, no soy de adquirir todo de algo que me guste, sino que busco lo que me gusta de todo.

Estas marcas han  sacado al mercado entre sus muchas series de colección de figuras de acción, la de los animales tanto reales como fantásticos que son una auténtica maravilla. Incluso han hecho dinosaurios y animales prehistóricos que son una pasada. Me gustan mucho pues tienen una acabado perfecto que le imprimen gran realismo a la figura en cuestión. 

Bueno pues el primer ejemplar que os voy a presentar se trata de una llama y en concreto de la marca Safari.


Cuando la vi no me pude resistir a traérmela  pues en ese instante no pude evitar acordarme de "Marichari", jjj, ¿quién será... "Marichari"?


Sí, efectivamente me refiero a la protagonista de aquel  famosísimo sketch de Barrio Sésamo llamado Yo y mi llama. Para muchos no será famoso e incluso muchos ni os acordaréis, pero para los que crecimos en compañía de Espinete y Don Pinpón y a día de hoy somos unos nostálgicos ochenteros, este episodio de Mi llama y yo, lo tenemos grabado en algún lugar de nuestro disco duro de los recuerdos. Alguna vez echamos mano a ellos por diferentes motivos: nostalgia, reuniones con amigos de nuestra misma generación que al final terminamos no sé porqué hablando y desvariando de nuestra infancia,jjj, y porqué no, en este caso concreto de la llama, si vamos al zoo y las vemos por allí, es imposible no acordarse de los acordes y letra de aquella canción y por supuesto empezamos a cantarla de forma inconsciente. ¡Es como un acto reflejo!


No sé si con el tiempo os habéis dado cuenta de que este sketch que supuestamente tenía un carácter didáctico, si os ponéis a analizarlo descubriréis que la letra no tenía ni ton ni son, pero no sé porqué cuando éramos peques nos enganchó y se quedó guardada en nuestra memoria. Mi mejor momento de la canción es este:

"....... a ella le gusta el dentista porque mi llama es muy lista, 
yo no te pierdo de vista,
que aquí estoy siempre junto a tí,
abre la boca, que a nadie le choca,
luego nos iremos a jugar,
enseña el colmillo, te lo cepillo
que este enseguidita va a acabar............."

 (fragmento de la canción "yo y mi llama", de Barrio Sésamo).

Este tipo de canción solía ser muy típica en los sketch del citado programa. Eran melodías con letrillas sencillas, con la finalidad de que el niño/a terminara de ver el programa y tuviera la canción metidita en su cabeza (daba igual que aprendieras lo didáctico que hubiera). Tenían  unas músicas también muy elementales pero pegadizas, simpaticonas y relajantes. Lo cual era bueno, ya que generalmente era el momento de la merienda y acababas de llegar del cole super alborotada/o y de alguna forma tenías que relajarte.


Sinceramente a día de hoy, sigo sin entender que nos quisieron transmitir con este episodio de la llama. No sé, si querían enseñarnos que los niños teníamos que ir al dentista y por supuesto no tener miedo (cosa algo difícil por otra parte,jjj, pues con esos aparaticos cualquiera iba. O por el contrario, nosotros teníamos que cuidar de nuestras mascotas y llevarlas al médico. Esto tampoco me quedó muy claro, no sé si Marichari iba al mismo dentista que su dueña o por el contrario iba a un veterinario. La verdad, que esto me descolocaba bastante pero hoy en día sigo igual. Pero me puedo echar unas risas!


De niña recuerdo que me hacía estas preguntas peor no buscaba respuestas, pues yo soñaba con meter en mi casa a una llama como "Marichari" o porqué no a un pingüino, jjj.


Y llegado este momento creo que merece la pena recordar a "Marichari", aquella mascota inocente que iba a su visita periódica con su dentista.



Barrio Sésamo me permitió que mis tardes de infancia fueran mágicas, llenas de ilusiones, me permitió saborear de la compañía de mi hermano y de sentir el calor de mis padres y por encima de todo me otorgó creer que podía tener a una "Marichari" en casa o a un Coco o Gustavo de compañeros de juegos, y porqué no tener de vecinos a Epi y Blas. Esa era y es para mí ¡la mágia de Barrio Sésamo!












sábado, 21 de julio de 2012

¡MI DIABLO SOBRE RUEDAS!

Entre las referencias de playmobil hay una para mí que brilla por encima de las demás. Se trata de una referencia diferente por su diseño que la hace única y por tanto se ha convertido en una pieza clave en mi colección playmobil, y que ha adquirido un significado especia, convirtiéndose en un objeto de culto más allá de un simple juguete de colección.

Os iré decubriendo por qué ha adquirido ese significado mítico para mí.
La pieza de la que hablo se trata de un camión. Pero no de un camión cualquiera, sino del mejor camión que ha fabricado playmobil para mi gusto. Efectivamente, playmobil ha ha creado muchas reseñas dedicadas a estos vehículos, pero este es único, es genuino, con un estilo propio y con un sabor muy, pero que muy americano. En definitiva es el CAMIÓN.

Hablo de la referencia 3817.



Es una pieza que no pude tener de pequeña entre otras cosas pues data del año 95, si no recuerdo mal y por esas fechas ya tenía la mayoría de edad y ya había dejado de jugar con muñecos. Así que fue imposible, más que por tema de dinerillo, por un tema de tiempo,jjj. Este hecho, llamémoslo temporal, no ha sido un problema pues cuando lo descubrí y me enamoré al instante de él lo compré. Sí es verdad que pensé: ¡Qué pena no haberlo tenido de peque! porque me hubiera permitido jugar a sentirme el conductor de un famoso camión cinematográfico, el cual sí descubrí siendo una niña. Se trata del protagonista de una película que no me dejó indiferente. 



Así que cuando vi la pieza por primera vez, se me vino a la cabeza el mítico camión del film que tanto me impresionó en su momento, y pensé que si lo hubiera tenido de niña en esos momentos del descubrimiento de la peli me hubiese ayudado a desarrollar todavía más mi imaginación jugando con él. 



El famosísimo camión de cine con el cual asocio a mi camión de playmobil, no es otro que el llamado: "Diablo sobre ruedas", protagonista del film con el mismo título, (Duel, de Spielberg): el típico camión americano que recorre las pintorescas carreteras solitarias secundarias americanas. 




"El diablo sobre ruedas", fue de las primeras películas de Spielberg y para mí la segunda (que recuerde) que vi de este estupendo director, después, claro está, de ET.
Si tuviera que salvar tres películas de su filmografía lo tendría clarísimo: ET, La lista de Schindler y por supuesto ésta: Duel. El motivo muy sencillo: creo que estos films resumen de una forma clara y precisa los temas que más le han interesado contar y compartir con nosotros. Para mí Spielberg, es un director sencillo en lo que ha géneros se refiere. Es decir, en su filmografía (magnífica por supuesto) podemos ver tres temas claros: terror, extraterrestres y por supuestos judíos. Sí es verdad, que ha tocado también la aventura, como lo hizo con  Indiana o Jurassic Park, pero en ellas siempre podemos ver alusiones al nazismo o a los extraterrestres. O por ejemplo, otra como el drama "El color púrpura", pero en el fondo cuenta algo  conocido: el rechazo a las personas ya sea por temas ideológicos, creencias o por el color de la piel.



Volviendo a "El diablo sobre ruedas", fue una película que me impactó en su momento y a día de hoy lo sigue  haciendo. Sigue sembrando ese miedo psicótico o pánico a lo que te puede pasar, como consecuencia del temor a lo desconocido. Tiene todos los condimentos de un buen thriller. Es psicótico, claustrofóbico, con una atmósfera desértica y calurosa, con un ritmo de acción rápido, hay un malvado que sale de la nada y no sabemos porqué,  pero decide ser tan malote (el conductor del camión) como pueda, y de esa forma nos mantiene a todos y muy en especial a su "presa" (el conductor del coche sobre el cual recae la pesadilla) en alerta y con el corazón en un vilo. Como buena película de suspense, incluso de   terror psicológico, que se precie, tiene una buena mezcla de emociones y por supuesto de intereses cognitivos, que son los que nos interesan a los que estamos intentando avisar a la víctima del camión de que coja otra carretera y así quitárselo de encima. Y por otro lado, damos brincos en el sofá  cada vez que vemos  aparecer de golpe o a lo lejos cuando menos no lo esperamos a este asesino con 6 u 8 ruedas.
Es increíble que, con un guión tan sencillo e incluso en apariencia aburrido y con escasos medios con los que se hizo, se consiguiera crear una auténtica joya del suspense.
Nos cuenta la historia de un sencillo hombre de negocios que va con su coche, un Plymouth Valiant, de regreso a casa por las famosas carreteras secundarias americanas, con ese fascinante desierto de fondo, el cuál se convierte en otro actor esencial en esta trama, ya que se juega con el silencio que se respira en un desierto,  a través de la única compañía posible en un lugar así: el sonido de la cascabel a lo lejos, el aire si sopla, el chillido de algún pájaro despistado, la chicharra (si es que las hay en esos parajes) y por supuesto la emisora local de la zona que seguro escuchamos en el coche del afectado por el pánico. Como digo, este  sencillo hombre de negocios que va camino de su casa por estas carreteras  se encuentra en su camino con un viejo y oxidado camión de diésel. Aquí empieza su pesadilla. Lo que empezó siendo un simple juego pasó a ser una macabra historia obsesiva del camionero por el conductor del coche.


En todo momento, el conductor del auto (Dennis Weaver), supo transmitirnos esa angustia y ese "yo no quiero estar en mi propio pellejo".
Esta turbia y extresante atmósfera la crea este viejo camión, gracias a que en ningún momento vemos a su conductor, a lo sumo una silueta de un hombre cuando lo enfocan a lo lejos o un brazo asomado por la ventana. Esto hace que  los espectadores en ningún momento perdamos el interés pues, al igual que el conductor, estamos deseando ver la cara de este malvado. Sí en cambio, vemos unos magníficos primeros planos del "morro" del camión acosando al conductor para  crear todavía más tensión y sudor en el conductor y en el espectador.


Gracias a estos detalles de realización  se consigue mantener ese ambiente terrorífico y a la vez espectante, en este juego peligroso que se trae el camionero con el conductor.


Al principio piensas como el conductor: que es un camionero puñetero y sin escrúpulos que disfruta fastidiando a otros conductores ya que en un primer momento parece que juega a no dejarle adelantar. En un segundo momento, te das cuenta que al camionero, efectivamente, le falta un tornillo por el grado de macabrismo que usa. Somos testigos de ello, a través de una escena en la que el camionero se echa a un lado para en principio darle paso y por tanto transmitir esperanza de que no pasa nada y que ha sido un simple juego subido de voltaje. Pero es ahí cuando descubres que no, pues en el momento en que está adelantándolo, el conductor se da cuenta que viene otro coche en sentido contrario con el que puede chocar frontalmente si no se retira a tiempo. A partir de aquí empieza la tortura psicológica y cada minuto va aumentando el nivel.
Otra escena clave en la película es la del restaurante. Ya que este señor para en un bar de carretera para tomar algo pero sobre todo intentar pedir auxilio, pues ni él mismo se cree lo que le está pasando. El tema es  que cuando se da cuenta ve por los cristales del local al camión aparcado y sin conductor. Lo imagina que está lógicamente dentro del bar con él. Ahí, se le crea más angustia y temor pues todos se convierten en sospechosos.Así el camionero consigue poner al límite al conductor, que en un impulso de pérdida de cordura se pelea con un cliente pensando que es el camionero. El problema es que este pobre hombre cada vez está más desquiciado porque la situación le está superando y tiene que pedir perdón y quedar como un zumbado. De esta forma, el camionero consigue lo que desea, que lo tomen al otro por trastornado. Así que, este humilde ciudadano, se sale a coger su coche para continuar su camino de regreso. Cual es su sorpresa, que en décimas de segundo y de la nada surge nuevamente al camión detrás de él. En este momento, te das cuenta al igual que el conductor que el camionero va a por él, y no va a parar hasta matarlo. Lo mejor de todo, es que sufrimos y tenemos la misma angustia, ansiedad, pánico y demás emociones que siente el conductor del coche a la vez que él, por lo tanto es como si nosotros fuéramos ese conductor y por tanto la presa de ese camión.



Analizando de forma inconsciente las películas que he ido viendo con el tiempo de Spielberg, llegué a identificar y establecer cierto paralelísmo entre Duel y otro famosísimo film de este cineasta: Jaws (Tiburón).
Considero a la desasosegante Tiburón una película en la misma línea que El diablo sobre ruedas. Es decir, se trata nuevamente de otro thriller en donde el camión es sustituido por un tiburón que aparece y desaparece cuando tú menos te lo esperas y cuando a él le da la gana, creando el pánico entre los bañistas y por supuesto entre los espectadores que en este caso nos identificamos con su protagonista, el siempre magnífico Roy Scheider.



Hay algo en esta película de "Tiburón" (Spielberg, 1975), que me encanta y para mí es primordial. Es más, creo que ahí radica parte de su éxito: la magnífica banda sonora que corrió a cargo del maestro John Williams y que por supuesto fue premiada con un Oscar.



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Es un tema inquietante y en algunos momentos terroríficos. Creo que consiguió recrear con sonidos lo que el director  transmitió con imagenes: ¡pánico y no querer volverte a bañar en una playa por mucho tiempo, e incluso por si acaso, ni en una piscina! La música en este film, se convierte en otro protagonista ya que te avisa en cada momento de lo que puede pasar. Por ejemplo, si el "pececito" está rondando y no se le ve, tú sabes que está cerquita  pues la música te está avisando, bien con un solo de cuerda o bien con la orquesta entera,jjj. Es decir, es una película que aunque es muy sencilla narrativamente, a nivel de thriller es fantástica pues supieron mezclar las imágenes con planos cortos y largos para transmitir determinadas sensaciones, utilizando además esa descriptiva música.

Volviendo a mi  especial "Diablo sobre ruedas", siempre que lo veo me siento su conductora y me veo a mí misma, atravesando las famosas carreteras secundarias americanas, tipo Route66, que tan mitificada tenemos todos los que como en mi caso, tenemos idealizado a los EEUU, ya sea por el cine, la música, los muñecos, los superhéroes,... etc


Solo sé que me subo en mi camión y me dispongo a cruzar el país de Este a Oeste, atravesando innumerables parques naturales, como puede ser el famoso Gran Cañón del Colorado. Este viaje va haciendo que me sienta libre de ataduras, de responsabilidades, hace que disfrute de cada minuto, que saboree el paisaje que se me pone en el camino,... en definitiva me siento como un águila real surcando el inmenso cielo donde yo soy la reina de este reino imaginario que me creo. Por supuesto, en este largo largo viaje de descubrimientos no puede faltarme todas aquellas canciones que siempre he imaginado irían poniendo por las emisoras locales según en el estado en que me encontrara en cada momento, pero que en definitiva serían muy americanas y se convertirían en la banda sonora de mi Gran Viaje.
Entre los temas que no pueden faltarme en este mundo mítico de American Road que me he creado son los siguientes:

Against Wind de Bob Seger


Sweet home Alabama -  Lynyrd Skynyrd


Running on emty- Jackson Browne


Go your own way- Fleetwood Mac


Juan Antonio Cortés- La Frontera (así no olvidaría mis raíces española)


Pero por supuesto, la que no me puede faltar en este gran viaje de autorealización, de libertad y rebeldía es sin duda Part of you, Part of me (Gleen Frey,miembro fundador de la banda The Eagles), tema por el que recordamos la película "Thema and Louise" (1991, Ridley Scott), entre otras cosas claro. Estupenda película de los 90 convertida en un auténtico mito feminista.




En fin....me gustaría dejar patente que esta forma que tengo de realizar mis entradas en mi blog, es la forma que tengo de seguir jugando con mis muñecos. Ya que no puedo jugar con ellos de la misma forma que juega un niño con sus muñecos, eso no me impide que siga jugando con ellos pero desde otra dimensión. La verdad, que no se aleja mucho a la forma que tenía de jugar cuando era niña con ellos imaginándome ser la protagonista de mil y una historia ya fueran de películas, de cómics, de cuentos o mías propias. Ahora mi juego radica en dejar volar mi imaginación con ellos y de esa forma me hago la protagonista de muchas batallitas aunque en este caso los muñecos me lleven al cine y allí ya me pierdo.
Lo quiero dejar claro ya que en ningún momento intento hacer crítica seria de películas ni de temas musicales ni por supuesto de cómics u otras historias. Sencillamente, expongo las emociones que se me vienen a la mente cuando estoy con mis kekos, y como las mismas terminan llevando siempre al mundo cinematográfico, al del cómic o al de la música anglosajona... entre otros temas. Lo cual es normal, ya que el cine ha sido clave en los buenos y malos ratos de mi vida al igual que lo ha sido la música o el cómic. Quizás por lo he vivido, por lo que me han inculcado en casa, por lo que me han motivado en mi infancia o sencillamente por mí.



domingo, 8 de julio de 2012

STARKY AND HUTCH

Si hay algo que recuerdo desde muy pequeña es que me encantaba ver las series americanas e inglesas que se emitían en la TV en aquellos, para mí, dorados años 80. Por supuesto, además de jugar con mi hermano, jugar y coleccionar mis entrañables muñecos, leer y coleccionar cómics, ... etc. Dejando de lado las series de dibujos animados, con las que me nutrí en mi infancia, había otras series destinadas a otro público diferente al infantil, llamémoslas de adulto y que los niños de aquella década solíamos ver o al menos al día siguiente en los patios del cole solíamos hablar de ellas, e incluso si la temática lo permitía terminábamos jugando a esa serie adaptando sus personajes a nuestros juegos de patio de colegio. En mi caso recuerdo, sobre todo las que echaban al medio día, tipo Falcon Crest. Aunque yo no sé porqué, algunas que se emitían por la noche también veía o al menos tengo la sensación de haberlas visto. Recordemos que solo existían dos canales de TV por aquellos entonces, y por tal al día siguiente en muchos corrillos de adultos: comercios, piscinas, autobús,... etc,  se hablaba de lo que había pasado en la serie. Por supuesto, esas informaciones junto con otras fuentes  que complementaban las vías orales, como por ejemplo la fantástica revista TP nos ponían al corriente de lo que iba a pasar a lo largo de la semana e incluso incluían fotos, así también en diferentes colecciones de cromos salían estas series a través de sus protagonistas (siempre elegían a los guaperas y a los malotes,jjj) y por tanto tenías la sensación de haberla visto aunque físicamente no la vieras, pero con toda esa información en una cabeza infantil y con mucha imaginación como era la mía podía recrear ese guión sin haberla visto.
Pues bien, dentro de este grupo de series destinadas a los adultos y que se emitieron en los 80 tengo que destacar aquellas de corte policíaco. Pues si en alguna ocasión  ya he comentado que me apasiona el género de suspense policíaco en el cine, evidentemente en el campo de las series también me encantan o mejor dicho me gustaba. 
Recuerdo este tipo de series policíacas donde el ambiente policíaco lo creaban las propias comisarías americanas de los diferentes distritos, que estaban a tope de casos delictivos, con polis buenos y no tan buenos, donde había inspectores a lo "my way" y por supuesto existían parejas de polis que se convertían en  detectives algo diferentes.
La verdad que algunos de los culpables de que me aficionara al género de series de policías en los 80 fue porque jugué muchísimo con estos dos elementos, ¿sabéis quiénes son?






Efectivamente se trata de Straky and Hutch. Esta fue una de las series, de las que no recuerdo haber visto ningún episodio entre otras cosas pues cuando se emitió, yo o no había nacido todavía o era un bebé. Pero sí he llegado a conocer la serie en los 80 por diferentes fuentes populares: el boca a boca de otros niños de los setenta que en los ochenta eran ya adolescentes y crecieron con este rubio y este moreno,  y compartían juegos con nosotros niños en los 80, pues o bien eran hermanos mayores, primos o compañeros de juegos en diferentes contextos sociales infantiles: piscinas, veranos de pueblo,... etc. Otras fuentes por donde descubrí que no solo eran dos simples muñecos mego, sino los protagonistas de una famosa serie de policías fueron: documentales de TV que hablaban de series, trailers, a través de los cromos, mediante el TP y sus fotos,... etc.
Analizando lo poco avanzado que estaba la tecnología en los 80 con respecto a nuestros días, fuimos niños muy afortunados ya que quisiéramos o no, nos enriquecimos con una sabia cultural a nivel musical, cinéfila, comiquera, .... y de series de TV que a día de hoy hecho en falta. Quiero decir, yo cuando era niña y me hablaban de los Beetles, sabía quienes eran y lo que habían representado, me hablaban del El Santo, sabía que fue una serie de televisión muy importante durante los sesenta,... y así con un montón de cosas que sabía y otras que iba descubriendo y fui enriqueciendo mi nostálgia cultural. La verdad que no envidio a los chavales de hoy que aunque sean universitarios y sean políglotas les hablas de alguna serie, de algún grupo, de alguna peli y no tienen ni idea y encima te dicen "puff, yo es que esa época no la viví así que no los conozco" y se quedan tan agusto, lo cual no me sorprende y  me dan ganas de decirles que "yo no viví la época de Napoleón y sé quién fue ese señor, lo que hizo y lo que representó". La verdad, es que ellos se lo pierden y nosotros los nostálgicos de los 80 nos aprovecharemos de ese pasotismo generacional que se vive hoy en día en muchos campos, jjj! Lo que demuestra que los avances tecnológicos no están reñidos con el que una persona se quiera enriquecer culturalmente, sino que depende de la persona y sus inquietudes, las cuales se han tenido que ir configurando desde niño en casa.
Siguiendo con mis policías, Starky and Hutch no la llegué a ver nunca pero sí jugué mucho con esta pareja de policías, mediante estos dos megos. La verdad, que están fantásticamente conseguidos y sino observar:





     







Se trataba de dos policías uno moreno y otro rubio algo más intelectual, que llevaban un fantástico coche Ford Gran Torino, rojo con una banda blanca que lo atraviesa.


Yo a falta de este cochazo hice que usaran este otro que también es un cochazo de película pero no tan llamativo.



Algunas de las series que más me han marcado son algunas de las que voy a exponer a continuación, pues todas ellas llegaron a mí como consecuencia con mis juegos con Starky and Hutch. Algunas ni siquiera las ví en su momento pues fueron anteriores a los 80 pero bien por el protagonista, bien por la música, bien por la temática permanecieron recientes en los 80 y los que crecimos entonces pudimos conocerlas sin ver sus episodios. Todas ellas, me ayudaron a jugar con mis muñecos y mis muñecos consiguieron que tuviera interés en otras, así como permitieron que disfrutara de muchos juegos con mi hermano y otros niños en diferentes ocasiones en donde yo me convertía en el protagonista a través de mi imaginación y jugábamos a inventarnos situaciones de esas historias que nos invadieron a lo largo de los 80.

Hubo un detective, que me impresionó pues nunca usó ningún arma y solo llevaba una gabardina vieja y cochambrosa así como un  vehículo que sino recuerdo mal era un Peougeot 403  algo cascadillo. Era el antítesis del detective guaperas. En todos los episodios se sabía quien era el asesino desde un principio, lo que todo el mundo esperaba era ver a Colombo (Peter Falk) se daba cuenta de un detalle absurdo para desenmascararlo.





Otra serie que hizo que muchas niñas en los 80 quisieran ser policías fue esta protagonizada por tres "ángeles femeninos". Policías que abandonan el cuerpo para formar parte de una agencia de detectives capitaneada por tal Charlie. Fue toda una revolución ver a tres mujeres que hacían lo mismo que si fueran hombres y además eran guapas y nada masculinas.
Fue una serie de los 70 pero que los que crecimos en los 80 la conocíamos por diferentes fuentes, o al menos ese fue mi caso. Me encantaba la música, bueno y me sigue gustando,jjj, así como ese "Good morning Charlie". Imagino que sabréis que me refiero a los Ángeles de Charlie. Por cierto, Mego sacó al mercado a sus tres ángeles pero a mí particularmente no me gustaban, entre otras cosas porque eran muñecas y nunca me han gustado las kekas y sobre todo porque tenían pelo, y a mí me gustan los muñecos con pelo pintado o a lo sumo como los del geyperman.





Otra serie que destaco fundamentalmente por su música es esa de Los hombres de Harrelson y que tuvo su éxito durante los 70.



Hubo una vez una chica llamada Laura Holt, dueña de una agencia de detectives que no consigue clientes por ser ella una mujer. Sin rendirse se le ocurre inventarse a un supuesto jefe llamado Remintong Steele y así empezó a ganar clientela. Hasta que un buen día a parece en su vida un guaperas y cara dura que suplantará y dará vida a este Remington Steele (Pierce Brosnan) y de esta forma mezclar aspectos detectivescos con una comedia romática. Viéndola con perspectiva, entiendo que fue una serie con un mensaje muy claro: el nulo papel de la mujer en un mundo supuestamente "de hombres", el mundo de los detectives privados. Un mundo más entre tantos otros que parecen betados para la mujer en aquellos años que representan y que afortunadamente muchas cosas han cambiado aunque a veces no lo parezca tanto.
¿Quién no se acuerda de ....?






Siguiendo con esta línea de detectives privados y comedia romántica no podía faltar Luz de Luna, donde salía un jovencísimo Bruces Willis, todavía sin convertirse en el "muñeco michelín" y Cybill Sherphard. Creo que esta serie ha pasado a la historia por su magnífica BSO que corrió a cargo de Al Jarreau y que le dio ese toque elegante y chic.




Pero desde luego hay dos series de los 80 del ámbito de policías y detectives que no pueden faltar y que todos recordamos y que rompieron esquemas fueron:

Canción triste de Hill Street, serie multitud de veces premiada y que rompió esquemas dentro de este tipo de series, además nos mostraba el lado más humano de los policías. Esta es la típica serie con sabor a policías, en la comisaría, con multitud de conflictos que resolver, con muchos polis, jefes, inspectores,... y un largo etc. Además muy pero que muy americana.






Corrupción en Miami, mítica serie de detectives de los 80. Fue una serie que supo a mi entender  integrar la música y los efectos visuales para narrar las historias.
Fue una serie que le sirvió para lanzar a Don Johnson y a Philip Michael Thomas.
Es una serie que tuvo sus propias señas de identidad y al mismo tiempo marcaron una moda masculina durante un tiempo. Ya que consiguió popularizar el estilo de camiseta debajo de una chaqueta y la moda italiana de los hombre en EEUU: pantalones claros sin cinturón y zapatos claros sin calcetines, así como la mítica barba de 3 días. Era una serie que transmitía mucho lujo, todos guapísimos, incluso podíamos imaginarnos que tipo de perfume llevarían los dos protagonistas en cada escena pues daban la sensación de super aseados y eso triunfó entre el público femenino. Yo era muy pequeña pero sí recuerdo como las adolescentes y no tan adolescentes hablaban de estos dos policías de Miami y lo que les gustaba. Pero si hay algo por encima de todo que me gustó de esta serie fue la magnífica música de Jan Hammer muy inspirada en la cultura y música new waves de los 80.


Bueno Starky and Hutch, ¿qué os ha parecido todo lo que habéis influido en una pequeña de los 80?


Esta entrada se la quiero dedicar a la persona que comparte mi día a día, que me da la felicidad y que hace  que me sienta mejor persona. Siempre me hablas de Starky and Hutch, que jugabas mucho de peque con tus primos y que tú te pedías a Starky pero al final te tocaba ser Hutch. No te preocupes por quien fueras, lo importante es que pasaras un buen rato jugando y desarrollando tu imaginación pues todo eso ha hecho que mucha gente como tú o como yo sigamos recordando a tantísimos personajes que se asomaron en nuestra vida infantil y que si les dejamos pasar se convirtieron en algún personaje más de nuestros juegos y gracias a eso es una de las causas por los que los podemos recordar.