sábado, 1 de septiembre de 2012

CON CARIÑO A MI HERMANO!

La siguiente entrada adquiere un significado especial y distinto para mí. No voy a hablar de recuerdos asociados a algunos de mis muñecos, como viene siendo habitual, sino de recuerdos asociados a unos muñecos que pertenecieron y pertenecen a mi hermano.

Corrían los iniciados años 90 y en la televisión española empezaron a nacer los canales privados. Y entre ellos estaba la estrella: el genuino Telecinco. Aquí empezaron a echar todo tipo de programas de entretenimiento para satisfacer a todos los miembros de la familia: adultos, adolescentes y niños. Con su diferente programación: los Vips, Hablando se entiende la basca, Vivan los novios, Tutti Frutti, Telecupón, Tele 5, ¿dígame?, Su media naranja, La quinta marcha, ..., así como diferentes series dedicadas al público infantil como adolescente: Campeones, Sensación de Vivir,... captaron la atención de toda una generación. 
De esta época data el programa responsable de que a mi casa llegaran una serie de figuras de acción. Eran del tamaño de mis másters del universo ochenteros, pero en lugar de representar a unos seres de mundos eternianos, representaban a unos seres megahumanos reales, que los niños de entonces admiraban por encima de todo, tal y como fue el caso de mi hermano.
 Este programa lo echaban las mañanas de los fines de semana antes del magnífico ¡Humorrr amarillo!

Quién no se acuerda de ....


Efectivamente el Pressing Catch! Todo un descubrimiento para los niños y adolescentes de los 90 como fue nuestro caso.
Recuerdo como mi hermano se levantaba emocionado deseando ver su programación mañanera de sábado y domingo. Y ahí estaba el momento más anhelado: la apertura de un programa que nos llegaba desde los EEUU. "¡Oh, qué avances!". Lógicamente al ser americano era en inglés, pero nosotros desde aquí nos daba igual pues con nuestro nivel de inglés de la EGB o del BUP lo podíamos entender, gracias a los comentarios de Héctor del Mar y J.L. Ibáñez. 
Yo estaba fascinada con el programa. Veía como dos tíos supermusculados de daban "de leches" en un cuadrilétero y oyes, no les pasaba nada. Se levantaban sin rasguños pero eso sí, super enfadados. Lo cual era lo mejor, pues así le arreba más a su contrincante y hacían las delicias de cuantos les seguían. Se tiraban de todo: sillas, cajones e incluso ellos mismos sobre el cuerpo del que estaba tumbado. ¡Y salían intactos! Me los imaginaba como los dibujos animados ochenteros con los que me nutrí, tipo Tom y Jerry, que hicieran lo que hicieran nunca se morían, ni les pasaba nada, pero en versión hormonada. ¡Geniales!

Con el paso del tiempo he entendido porqué a mi hermano y a otros niños como a él, les fascinaba el Pressing Catch. Aunque en síntesis se trataba de lucha libre, en realidad los niños no tenían ni idea de qué era eso de lucha libre, al menos mi hermano, jjj. Ellos en el fondo deseaban ver un espectáculo, de lucha sí, pero en plan "my way". Recuerdo como cada luchador salía corriendo camino del ring ataviado con su traje correspondiente y como la gente le aplaudían o vitoreaban. Simplemente con la estética con la que salían y la importancia que se daban andando en dirección al cuadrilátero mirando de forma desafiante a las cámaras ya era todo un número. Además, sino recuerdo mal cada luchador salía al son de una música que se le asociaba de forma personal. Y luego por supuesto está lo mejor, el teatro que hacían en la lucha, que imagino se hacía sin reglas pues ahí valía de todo. 

Véase un ejemplo de la música que les acompañaba de forma identificativa a cada luchador:



Esta era la música que acompañaba a Roddy Piper, conocido por todo como el Gaitero.

Referente a lo del teatro que se supone hacían, recuerdo que mi hermano lo llevaba fatal pues como niño que era, supongo que quería creer que se daban de tortas y salían ilesos,jjj, y muchas veces cuando íbamos a casa de mi abuela y estaba allí mi tío José María hablaba con él sobre el tema del Pressing y le decía que no se lo creyera, que todo era mentira, que solo hacían comedia.Y por supuesto ahí es donde estaba el éxito de esta lucha libre.
Siempre he pensado como era posible que aquello con esa estética tan rara y con hechos tan simples, como darse por gusto porrazos tuviera tantísimo éxito. En verdad, que alucinaba. Me llamaba muchísimo la atención como la gente que estaba de público en ese coliseo del espectáculo, estuviera tan histérico, chillando, aclamando, ... a sus admirados luchadores como si esta gente fueran auténticas estrellas del rock.
Pues como decía, ahora con el tiempo lo he entendido. Es muy sencillo. Tenemos que pensar que esto está hecho con la mentalidad americana y por tanto hacen lo que mejor saben hacer los yankis: vender lo que sea convirtiéndolo en un espectáculo. Da igual, que sea una convención de lucha, de Star Wars, de cómics, de rock, de cine,....etc. Todo lo transforman en un espectáculo con mayúsculas y lo venden con éxito. Para mís son únicos para estas cosas.

Gracias a este programa, mi hermano empezó a usar una jerga de expresiones que fue introduciendo en su vocabulario y que a día de hoy todavía recordará, estoy convencida. Expresiones como: "Sillita eléctrica", "Piquete de ojos", "Cómo te queremos", ¡Más, más, más Tito Santana que nunca" y por supuesto la mejor de todas, la que ha hecho historia, al menos en mi casa: "Patada voladora".

Debido a este show en mi hermano nació una "venilla" de coleccionista de muñecos. Precisando, la única, al menos no le conozco ninguna otra, jjj.
Como todo lo que tocan los americanos lo convierten en oro, no era de extrañar que el pressing tuviera su pequeña mina de oro en los niños. Lo consiguieron a través de unas figuritas de acción que se empezaron a comercializar en todo el mundo y que representaban a aquellos ídolos que los niños "noventeros" como mi hermano idolatraban.

El problema de estos muñecos era que para los bolsillos de nuestros padres eran un "atraquito" (como solía pasar durante los 80 y 90 con los muñecos que deseabamos ), así que era imposible que al menos mi hermano los pudiera tener todos de golpe. Así que nuestra "heroína juguetera", osea nuestra abuela Pepa, le iba comprando en nuestro mágico rincón de la infancia, es decir en  "La Cacharrería", los que buenamente podía al mes. Y para compensarlo, le fue comprando una serie de figuras bootleg que también salieron de estos muñequitos, bastante más baratos y así poder jugar y no sufrir, hasta que le podía caer uno auténtico. 
¡Madre mía! Qué ilusión le hacía cuando recibía uno verdadero. Era como encontrar un tesoro. Es curioso, él hacía algo que yo como coleccionista jamás he hecho: guardar los blisters. Recuerdo, como sacaba con muchísimo cuidado el muñeco y a continuación ese blister lo guardaba como oro en paño, pues por la parte de atrás venía información muy interesante y jugosa respecto a ese luchador. La verdad, es que me encanta saber que a día de hoy los conserva de forma intacta.  Pues creo que era difícil para un niño que no sentía la "llamada del coleccionismo", como era el caso de mi hermano, imaginar que conservaría algún juguete intacto de su infancia.

Mientras él disfrutaba de sus adquisiciones, jugaba con ellas y esperaba que llegara su gran trofeo: el famoso ring del Pressin Catch, yo ya había abandonado "físicamente y socialmente" la infancia y estaba en el proceso que llamo de metamorfosis, es decir adolescencia. Por tanto dejaron de caerme muñecos, muchos deseados por mí,  pues mentalmente seguía siendo una niña aunque mi cuerpo no se correspondiera con la mente, y empezaron a caerme un aluvión de objetos para mí carentes de valor. Tales como ropa, zapatos, bolsitos, y más tonterías varias. Para mí no tenían ningún valor pues por aquellos entonces, al igual que ahora, pensaba que todo eso que me caía y la mayoría de las veces sin pedirlo yo, simplemente por el hecho de que a mis padres y a mi abuela les hacía ilusión que me fuera haciendo grande, lo consideraba algo necesario y útil. Es decir, evidentemente no iba a salir de casa desnuda, ni descalza, era obvio que necesitaría ropa, zapatos, y demás complementos como hasta entonces me venían haciendo falta. Por tanto nunca entendí, porqué de la noche a la mañana, hubo ese cambio, es decir, yo antes tenía muñecos y ropa, pero de golpe y lo peor de todo sin pedirlo me lo cambiaron todo por ropa y otros utensilios que se supone eran de adolescentes o le hacían ilusión al resto de adolescentes féminas.
Además había algo que todavía me dolía más y no entendía y a día de hoy sigo sin comprender: porqué a mí me dejaron de caer muñecos y a los chicos de mi edad sí les seguían lloviendo figuras de acción y seguían jugando con ellas. Eso me llevaban los demonios, pues encima escuchabas esto de "es que claro él como es un chico todavía no ha desarrollado y en muy infantil y sigue jugando no se entera de nada",... y lo decían las madres incluso con orgullo de ver a su nene de 12 o 13 años totalmente "infantiloide". En cambio, una niña con esa edad ya era una mujercita y por tanto ya no se podía jugar. ¡Qué cruz me cayó! Entiendo que eso les pasara a muchas niñas, es decir, que desearan cambiar sus hábitos "infantiloides" por otros más de "mayores" como comprar la SuperPop, comprarse ropita de marca, pulseritas, deportivitas, gafas de sol,... etc, pero ese no era mi caso. Yo era consciente de que me hacía mayor pero a la vez rechazaba todo lo que se relacionaba con hacerse mayor, pues sabía que me iba a hartar de ser mayor y quería seguir aferrada a mi infancia ya que sabía que aquello se acabaría por ley natural y por tanto quería disfrutarla sin ningún tipo de prejuicios, al igual que hacían los demás chavales de mi misma edad. Y por supuesto, nunca acepté que por cuenta y riesgo de mis padres, tomaran la decisión de "hoy ya eres una mujercita así que las chuches de las que venías disfrutando se van a cambiar por otras", que supuestamente por ser adolescente me tenían que hacer ilusión pero que en mi caso me decepcionaron pues era algo que no pedía. Nunca sabré si lo hicieron por problemas convencionales del tipo "qué dirán los demás" si te ven jugando con un muñeco en lugar de presumir con un vaquero y un jersey, pero por supuesto no míos sino de ellos, o por el contrario pensaban que me daba vergüenza pedirles esas otras "cuches adolescentes" y ellos decidieron por mí. ¡Es un misterio sin resolver!, jjj. 
Por tanto, en aquel período para mí con un tono claro oscuro, me refugié en la afición de mi hermano por este Pressing Catch y sus muñecos de acción. Intenté seguir siendo aquella niña que solo unos meses antes iba a la su Cacharrería con su abuela a comprar algún Master del Universo o alguna figura de Comic Spain, a través de los ojos y manos de mi hermano con sus nuevos kekos.

A continuación paso a mostraros algunas de las joyas que posee como oro en paño de los protagonistas de aquel Pressing Catch del 90:

- EL GAITERO ( Roddy Piper):


- HACKSAW JIM DUGGAN



- HONKY TONK MAN (ELVIS)




- MACHO MAN RANDY SAVEGE 



- TEB DIBIASE (EL HOMBRE DEL MILLÓN DE DÓLARES).



- KOKO B. WANE


- BRUTUS THE BARBER BEEFCAKE Y RAVISHING RICK RUDE


- SUPPERFLY JIMMY SNUKE Y THE LAST WARRIOR (EL ÚLTIMO GUERRERO)



Y ahora vienen las tres estrellas por encima de todas, o al menos así lo percibí yo:

- En tercer lugar: BIG BOSS MAN (El poli loco)






En segundo lugar: HULK HOGAN









En primer lugar: JAKE THE SNAKE





Este Jake The Snake fue el primero que le regalaron y creo que es el que más ilusión le hizo. Siempre le recuerdo jugando con este muñeco y llevándoselo a todos lados. Pero estoy convencida que por encima de todo lo que verdaderamente le encantaba era la mascotita de este luchador. Ese reptil llamado "Lola". Recuerdo que se llamaba así, o al menos así la llamaba mi hermano. Memoro la ilusión que le hacía ver luchar a Jake, pues cada vez que ganaba tenía la costumbre de poner encima del derrotado a su fiel serpiente. Buaf, menudo show, jjj, pues el derrotado resucitaba del suelo y salía corriendo pues le daba miedo. ¡No me extraña! Era tan especial este muñeco y su serpiente que muchas veces se llevaba a la serpiente sola sin el muñeco, como por ejemplo a veces aparecía en su bolsa de deporte entre su raqueta y las pelotas de tenis,jjj, esto era muy frecuente. ¡Qué pasión!



Por supuesto hay algo que no puede faltar en la colección de Pressing Catch de mi hermano, la joya de la corona de cualquier niño de los 90 aficionado a esto: EL RING









Estos muñecos por tanto los recuerdo con mucho cariño, no porque jugara con ellos sino porque a través de ellos y de la afición que sentía mi hermano por ellos, pude prolongar brevemente mi infancia juguetera, la cual de la noche a la mañana sentí que me la arrebataron por el simple hecho de que mi cuerpo empezó a cambiar pero mi mente y mis gustos seguían intactos. 





Como soy una nostálgica de corazón, recientemente en una feria del juguete me encontré con esta joya de coleccionista, ya que es un modelo de muñeco Made in Spain que salió bajo la marca StarToys de Pressing Catch. Se trata de un Jake The Snake tamaño gigante. Es una auténtica maravilla. Cuando lo vi no lo pude evitar traérmelo por la cantidad de recuerdos que van asociados a estos muñecos y en especial a este personaje. 












Esta entrada se la dedico íntegramente a mi hermano Moisés. Está hecha desde mi corazón con todo mi cariño hacía él. 
Moisés, decirte que gracias a esta entrada he podido recordar momentos mágicos que vivimos con papá y mamá, así como un sinfín de anécdotas que vivimos en familia con la abuela y el tito gracias a estos muñecos y tu afición por ellos. Gracias por permitirme con ellos volver aquellos años en que vivíamos todos juntos y felices. Espero te guste.



 He aquí la perla más codiciada por estos luchadores. El cinturón del Pressing Catch.



Por cierto, tenemos otro continuador coleccionista en la familia de lo cual me siento muy orgullosa. Le observo como cuida las cosas con lo pequeñín que es, da gusto. Me recuerda a mí cuando era niña. jjj, ya sabes de quién hablo.

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