domingo, 24 de junio de 2012

UN COCHE DE PELÍCULA

Si hay  un género cinematográfico que me encanta ese es por supuesto, el thriller policíaco. Desde muy  pequeña he sido una fanática de las películas de policías y en muy en especial las que se hicieron en los años 70. Films con atmósferas sofocantes, claustrofóbicas en algunos casos, aterradoras e inquietantes,... en donde la propia ciudad se convierte en un personaje más de la historia. Estas pelis suelen empezar dándonos una vista general de la ciudad, donde se nota un bullicio casi siempre caótico y desordenado, en donde escuchamos sus ruidos, sirenas de polis, de ambulancias, pitidos de taxistas, ... etc, de forma que nos es fácil hacernos una idea de como va a ser el contexto, donde se va a desarrollar la historia que nos van a contar, y nosotros como espectadores podamos buscar en ello, algunas de las causas para así justificar determinados comportamientos de determinadas personas. Después, poco a poco nos van centrando y a para ello nos van llevando a alguna calle o lugar donde se ha cometido alguna fechoría o por el contrario un sitio importante dentro de la historia.
Si somos algo observadores podemos ver cierto paralelismo entre las cintas del oeste (género que me apasiona) y las de los polis sobre todo la de los años 70. En ambas hay una figura dispuesta a poner orden y a solucionar problemas. En el oeste suele ser un sheriff o un justiciero contratado por unos ciudadanos, mientras que en los thrillers de los 70 suele ser un inspector de policía o un detective privado con cierto aire de justiciero en sus métodos. En ambos casos, son aclamados por los ciudadanos que están hartos que les acosen por diferente motivos y nadie les da soluciones. Y por supuesto, estas figuras son vistas con malos ojos por sus compañeros o por el resto de los que se supone que conforma la "justicia" por los métodos que usan o porque sencillamente intentan resolver asuntos que por lo que sea a las instituciones les interesan que sigan existiendo. En las películas del oeste se usa mucho el silencio y el transmitir el miedo en los ojos de los ciudadanos, generalmente comprados por quienes les interesa que siga fallando la justicia y en las de los policías usan más los ruidos de la gran urbe para darnos sensación de agonía y angustia y así sentirnos desprotegidos. Respecto al paisaje podemos decir, que en ambos tipos de films, son áridos y desérticos, cambiándose el escenario del pueblo, rancho o desierto por una urbe llena de edificios que producen claustrofobia, ansiedad y miedo.En definitiva, en ambos géneros los malos y los buenos siguen siendo los mismo pero cambiándoles los ropajes y los paisajes. Y lo más curioso e interesante, es que los espectadores seguimos siendo los mismos y nos seguimos inclinando por los mismo personajes. Si vemos una del oeste o de polis, nos inclinamos por aquellos personajes, que luchan para conseguir un orden aún usando unos métodos poco ortodoxos para luchar contra "los malos", pues a nosotros nos da igual, porque queremos que haya "justicia" y de esa forma nosotros también "ajustar" cuentas como espectadores con esos malotes. Los cuales hemos rechazado dese el minuto uno del metraje y generalmente el guionista o el director, consigue que nos identifiquemos con las víctimas, las cuales podemos ser nosotros mismos en cualquier momento. Por eso, al final consiguen que simpaticemos con estos "justicieros" y los consideremos los "buenos" que dan caza a los malos, de tal forma que cuando finaliza el film, el director no solo ha conseguido detener al malvado en sus historia, sino que a nosotros los espectadores nos llega la tranquilidad de que ese tipejo ha sido detenido y nos sentimos protegidos.
El tema es que muchas de estas películas al final, nos hacen pensar y solemos terminar haciendo paralelismos con los sucesos reales de nuestro día e incluso usamos estos films como "presagios futurísticos" sobre lo que puede pasar y no ha pasado, que incluso a veces nos podemos llegar a autosugestionar pensando eso puede ocurrir en cualquier momento o lo que es peor, que algún perturbado lo vea y quiera realizarlo.

Entre los paralelismos hay algo que para mí es esencial entre ambos géneros y es la música. En los  Wensters se escucha mucho Country y ahora en los films de polis se escucha Jazz. En ambos casos, dos estilos puramente americanos de los más profundo que suelen acompañar a los personajes a lo largo de sus historias tan desdichadas en la mayoría de los casos.

Hay varios films para mí de culto dentro de este género policíaco de los 70, tales como:

- Pehalm 1, 2, 3 (1974), historia bastante claustrofóbica y espeluznante, en donde un grupo de chalados secuestran un convoy del metro neoyorkino con rehenes y tienen a la policía en jake, mientras ellos redimen sus fechorías y amenazas por los "capilares" de la gran ciudad.
Éste fue un film que vi con bastante edad, pues recuerdo que cuando la echaron por la televisión siendo una cría, mi madre no me dejó verla. La verdad, que me alegro de no verla en aquellos momentos pues sí es verdad que yo he tenido un problema serio con el metro y a día de hoy a veces me apodera el pánico de ese miedo que tuve siendo una niña. Desde muy pequeña siempre he pensado que podía ocurrir algo parecido a lo que descubrí  se contaba en ese film. Recuerdo que era una odisea que viajara en metro en aquellos años 80 por Madrid ya que casi siempre se "atascaba" el metro en el túnel y aunque solo fueran segundos lo que se parase para mí era una eternidad, además recuerdo la cantidad de adolescentes que entraban en los vagones con esas pintas tan ochenteras y ahora tan recordadas, pues la mayoría se identificaban con alguna tribu urbana de la época en lo que a vestimenta se refiere, claro, y solían darme miedo. Así que si mezclaba el miedo a esos adolescentes por sus aspectos, lo que yo maquinaba que pudiera pasar, el pensar que si se atascaba el metro nadie podía venir a socorrernos,... consiguió alimentar mi imaginación de niña durante muchos años que incluso llegó a crearme ansiedad en algunos momentos así como angustia convirtiéndose en un martirio el hecho de coger el metro por aquellos entonces. Menos mal que a día de hoy está superado esos miedos, aunque a veces salen de otra forma.
Así que cuando vi por primera vez esta peli siendo ya una adulta aluciné pues todo lo que me contaron en esta peli yo ya me lo imaginaba de peque. Ahora entiendo porqué mi madre no me dejó ver esa película. Menos mal, mamá, porque si ya de por sí tomar el metro conmigo ya era un martirio también para vosotros por todo lo que os decía que me imaginaba y creía podía pasar, ¿qué hubiese sido si la hubiera visto a destiempo?. Lo tengo claro, hubiera avivado un fuego, que me hubiera creado un problema para los restos.




-Harry Callahan (la saga), el detective llamémoslo "My Way". La verdad que los detectives que siempre nos han vendido en este tipo de películas, han sido tipos especiales y con un método de actuación que lo identifica y le diferencia del resto, imprimiéndole su sello. Son policías que suelen actuar por libre. 
Harry, lo veo como un hombre rudo, con unos modales toscos y a veces hasta algo misógeno, con un gran sentido del deber y la justicia para el que  "los medios justifican los fines". 
En general, las películas de policías se nos retrata un sistema "podrido y corrompido" pero que al final las víctimas siguen siendo los propios delincuentes, pues siempre hay un momento en la historia para justificar esos comportamientos. En los films de Harry, podemos observar cómo las víctimas son justamente los ciudadanos que se quejan y piden ayuda a un sistema que les da de lado y como él a modo de justiciero, por sus métodos un tanto especiales, intente dar soluciones que chocan constantemente son el sistema y esto le puede llegar a costar perder la fé y la confianza en dicho sistema.
En las películas de Harry, se observa cierta habilidad que tiene el guionista, al igual que en el resto de pelis de este tema, de conseguir que simpaticemos con estos "supervivientes sociales" y veamos a través de sus ojos como tendrían que ser las cosas. Por tanto, terminamos aceptando los medios y pensamientos de Harry, que es en el fondo el mensaje y la crítica que se hace desde las historias que se nos cuenta en sus films. Es decir, estamos hartos que las  auténticas víctimas son al final las que no se protegen y los verdugos siempre terminan por justificar sus medios, ya sea por su infancia, pasado,... y al final lo que hacemos es protegerlos. De ahí el éxito de esta saga y al mismo tiempo su escándalo, por llamarlo de alguna forma.


-Sérpico (1973), película que, el protagonista convirtió a su personaje en un mito y el personaje a su vez, convirtió al actor en leyenda.
Para mí este film, constituyó un antes y un después en este tipo de historias, pues se nos narra algo que nunca se pasa de moda. Frank Sérpico, que en 1970 denunció la corrupción existente en todas las comisarías de New York en las que estuvo destinado. Sus compañeros se lucraron con "ingresos extras" procedentes de las drogas. Frank, tuvo el dilema de dejarse sobornar o denunciarlos.
Es un film que recuerdo siempre con nostalgia pues a mi madre le encantaba y siempre me hablaba de este film y la historia de este policía que luchó por su integridad, su honradez y los derechos de los ciudadanos.
Para mí se convirtió además en una cinta de culto, pues su protagonista aparece con un aspecto "ideal" rompiendo patrones. Además la música de Mikis Theodorakis, es una auténtica maravilla.



Magnífico Al Pacino, sobre todo en esta década de los 70 y tan olvidado y para mi gusto mal utilizado con el tiempo. ¡Qué pena!, le pasa como a De Niro, con lo buenos actores que fueron en sus inicios y lo mal que ha pasado el tiempo cinematográficamente hablando para ellos.

Pero si hay algo que me encanta y creo que a muchos, son las persecuciones policiales. Y hay una persecución por encima de todas, y es la de la mítica película Bullit (1968), por supuesto para el lucimiento de Steve McQueen.



Debido a mi mitomanía respecto a este tipo de films voy a mostrar el Ford Mustang que tanta popularidad le dio a éste recordado film, sobre todo por su magnífica persecución policial por las calles de San Francisco.












Steve McQueen


Debido a mi afición a este tipo de películas desde niña, y por supuesto, a la admiración que siempre he sentido al hecho, de que en este tipo de films siempre haya un momento de acción, resumido en una persecución policial, en la que te sientes tú protagonista de la misma y disfrutas con ello, se convirtió en una de las causas, por la que desde muy cría he tenido predilección por los coches de policía. Siempre me han gustado aquellos que al ser posible me transmitieran esas sensación de estar perdida en una de esas calles que reflejan las pelis que tanto me gustan, me permitiera soñar con el hecho de estar conduciendo ese coche y ser yo la detective por unos minutos, y así llevarme los laureles de unos y las críticas de otros. Al mismo tiempo sentir esos sentimientos de sentirte agusto contigo mismo cuando haces tu trabajo con ilusión y crees en ello, pero siempre viene alguien a recordarte que todo tu trabajo no ha servido en principio para nada porque te echan para atrás y sientes efectivamente que todo está podrido.
Debido a esto siempre he conservado este precioso coche de policía de retrofricción, de la marca Sanchís. Para mí es una auténtica joya de coleccionista que hizo las delicias de mis juegos infantiles y que a día de hoy cada vez que lo veo y cojo me permite sumergirme en cualquiera de las películas que tanto me entretienen y me gustan de esa olvidada década setentera.











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