Hace un año aproximadamente entré a una de las diferentes tiendas que hay en Madrid de venta de cómics (aunque para mí son pocas) y me topé con esta preciosidad de muñeco. Se trataba de un superhéroe (desconocido para mí hasta el momento), pero que me sedujo de tal manera que no pude evitar traerlo a casa y así pasara de estar él "solillo" metido en un blister junto a otros, a formar parte de mi colección de muñecos y así tener nuevos "amiguitos",jjj.
Golden Pharaoh, es un superhéroe de DC Comics creado exclusivamente para la colección Super Powers de Kenner, apareciendo en la tercera serie.
La versión de muñeco que tengo no es la original que se hiciera allá por los años 80 sino otra que se ha hecho recientemente y que creo que supera con creces al original. Es totalmente articulado y por supuesto más alto. A mí particularmente esta pieza me encanta y no la cambio por la original que me parece más simplona. Además, tiene un color dorado muy bien conseguido.
Según ponía en el blister, este personaje era Ashley Halberstam británico egiptólogo que en una expedición a Giza fue golpeado por un rayo que emanaba New Gods, despertando así sus poderes. Uno de ellos era el Poder de la Pirámide.
Golden Pharaoh |
Creo que el que me enamorara de este muñeco en cuanto lo vi no fue algo casual, sino fruto de la pasión que siento por el cine. En realidad, en cuanto lo descubrí metido en su blister no me quedé prendada de un muñeco sino que por un momento a través de él vi a toda una galería de personajes de aquel Hollywood dorado y añorado por mí, por todas esas connotaciones que para mí tiene el cine sobretodo el de esa época y los recuerdos que me vienen y acompañan asociados a mi madre y a mi abuela Pepa, las cuales una en mayor medida que la otra, son las culpables de mi pasión por este séptimo arte.
Pero si hay una película, un personaje y como consecuencia un actor de los que me acuerdo continuamente cada vez que veo este precioso muñeco es sin lugar a dudas de "Los Diez Mandamientos" (1956) de Cebil B. De Miller. Film, nominado a siete oscars y ganador al de mejores efectos visuales, lo cual no podía ser de otra forma por otra parte, sobre todo en el momento en que el Mar Rojo se abre para que los Israelitas guiados por Moisés puedan llegar a la Tierra Prometida y admirar al mismo tiempo como el mar se va cerrando según avanzas las tropas del faraón. En definitiva es un momento de la peli que merece la pena admirar pues es una maravilla. Este film, está protagonizado por el galán donde los haya Charlton Heston (Moisés), Anne Baxter, Edward G. Robinson , la bellísima Yvonne De Carlo y por supuesto el siempre carismático Yul Brynner como Ramsés II.
Dejo una imagen para ver el parecido del muñeco con este Ramsés II de la peli de De Miller y por supuesto un pequeño momento de cuando el Mar Rojo abre sus aguas.
Y hablando de Yul Brynner no puedo abandonar esta entrada sin hablar brevemente de él, pues quizás haya sido el parecido que para mí tiene este muñeco con el papel que él nos dejó de forma magistral en la citada obra anteriormente y que creo que esa interpretación marcó un antes y después en su carrera.
Como todos sabemos Yul no era calvo, de hecho en Salomón y la Reina de Saba se le puede ver con su pelo, pero sin duda el será recordado como "el calvo" con mejor porte de toda la historia del cine o al menos para mí lo será. Como decía mi admirado Terenci Moix, en su obra Mis Inmortales del cine, años 50 (2001, ed. planeta): "Algunos actores nacen con un don especial, otros tienen que fabricárselo. El don de Richard Burton fue su voz, el de Marta Toren sus ojos, el de Cyd Charisse sus piernas. Brynner tuvo que inventarse el suyo: una resplandeciente calva".
Creo que estuvo muy acertado Brynner al afeitarse la cabeza pues le dio un aire de personalidad inigualable tanto a sus personajes como a él, además ayudado por eso físico un tanto exótico fue ideal para que encarnara papeles de egipcio, ruso (mencionar que era ruso aunque se nacionalizó americano), mongol, orientales,...de esta forma siempre lo recordaremos como un hombre con una personalidad única, guapo, carismático, y con una mirada tan personal con lo que decía todo.
A pesar de que ha hecho muchísimas películas, como puedan ser muestras de ello: El Rey y yo, Anastasia, Los hermanos Karamazov, Rojo atardecer, Taras Bulba, Triple Cross, Mi doble en los Alpes, New York, año 2012,... para mi gusto creo que está algo olvidado y por eso quiero recordarlo pues era magnífico en sus interpretaciones.
Quiero cerrar esta entrada con una película de Yul Brynner, por la que creo que se inmortalizó, y por la que todos lo recordamos, además tiene una maravillosa banda sonora que corrío a cargo del maestro Elmer Bernstein, músico que también compuso la de "Los diez mandamientos" sea dicho de paso y que ha ayudado a inmortalizar tanto el film como al protagonista. Me estoy refiriendo como no podía ser de otra manera a: "Los siete magníficos" (1960, John Sturges). Aquí os dejo esa melodía tan recordada por todos para disfrutarla nuevamente.
Pero si hay una película, un personaje y como consecuencia un actor de los que me acuerdo continuamente cada vez que veo este precioso muñeco es sin lugar a dudas de "Los Diez Mandamientos" (1956) de Cebil B. De Miller. Film, nominado a siete oscars y ganador al de mejores efectos visuales, lo cual no podía ser de otra forma por otra parte, sobre todo en el momento en que el Mar Rojo se abre para que los Israelitas guiados por Moisés puedan llegar a la Tierra Prometida y admirar al mismo tiempo como el mar se va cerrando según avanzas las tropas del faraón. En definitiva es un momento de la peli que merece la pena admirar pues es una maravilla. Este film, está protagonizado por el galán donde los haya Charlton Heston (Moisés), Anne Baxter, Edward G. Robinson , la bellísima Yvonne De Carlo y por supuesto el siempre carismático Yul Brynner como Ramsés II.
Dejo una imagen para ver el parecido del muñeco con este Ramsés II de la peli de De Miller y por supuesto un pequeño momento de cuando el Mar Rojo abre sus aguas.
Y hablando de Yul Brynner no puedo abandonar esta entrada sin hablar brevemente de él, pues quizás haya sido el parecido que para mí tiene este muñeco con el papel que él nos dejó de forma magistral en la citada obra anteriormente y que creo que esa interpretación marcó un antes y después en su carrera.
Como todos sabemos Yul no era calvo, de hecho en Salomón y la Reina de Saba se le puede ver con su pelo, pero sin duda el será recordado como "el calvo" con mejor porte de toda la historia del cine o al menos para mí lo será. Como decía mi admirado Terenci Moix, en su obra Mis Inmortales del cine, años 50 (2001, ed. planeta): "Algunos actores nacen con un don especial, otros tienen que fabricárselo. El don de Richard Burton fue su voz, el de Marta Toren sus ojos, el de Cyd Charisse sus piernas. Brynner tuvo que inventarse el suyo: una resplandeciente calva".
Creo que estuvo muy acertado Brynner al afeitarse la cabeza pues le dio un aire de personalidad inigualable tanto a sus personajes como a él, además ayudado por eso físico un tanto exótico fue ideal para que encarnara papeles de egipcio, ruso (mencionar que era ruso aunque se nacionalizó americano), mongol, orientales,...de esta forma siempre lo recordaremos como un hombre con una personalidad única, guapo, carismático, y con una mirada tan personal con lo que decía todo.
A pesar de que ha hecho muchísimas películas, como puedan ser muestras de ello: El Rey y yo, Anastasia, Los hermanos Karamazov, Rojo atardecer, Taras Bulba, Triple Cross, Mi doble en los Alpes, New York, año 2012,... para mi gusto creo que está algo olvidado y por eso quiero recordarlo pues era magnífico en sus interpretaciones.
Quiero cerrar esta entrada con una película de Yul Brynner, por la que creo que se inmortalizó, y por la que todos lo recordamos, además tiene una maravillosa banda sonora que corrío a cargo del maestro Elmer Bernstein, músico que también compuso la de "Los diez mandamientos" sea dicho de paso y que ha ayudado a inmortalizar tanto el film como al protagonista. Me estoy refiriendo como no podía ser de otra manera a: "Los siete magníficos" (1960, John Sturges). Aquí os dejo esa melodía tan recordada por todos para disfrutarla nuevamente.
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