Hoy es uno de esos días en que apetecería poder volver a sentir las emociones que me provocaba el ir a comer a casa de mi abuela Pepa y ver que teníamos por ahí, es de esos días en que recuerdo el frío que hacía en Madrid al salir a la calle y ver el paisaje gris que tan especial hace Madrid en estas fechas (o al menos en mi recuerdos lo es), es de esos momentos en que me gustaría percibir los olores de la comida de mi abuela así como el jaleo que se formaba cuando llegábamos a su casa, mis padres, mi hermano y yo, y deseábamos que además de estar mis abuelos estuvieran mis tíos y muy en especial mi tío José María. Es en definitiva, es de esos días que en mi caso, mi mente necesita viajar 25 años para atrás para refugiarse en aquello que para mí fue tan especial y magnífico y cuyos recuerdos me acompañan día a día, pero en estas fechas, las cuales no son fáciles para mí, necesito volver a aquellos instantes grabados en mis retinas del recuerdo y así poder estar durante un mágico momento todos juntos de nuevo, con la presencia de mi abuelo, de mi tío y por supuesto con mi madre, poderla escuchar, ver, sentir,...
Imagino que siendo las horas que son las 11:45 de la mañana estaríamos saliendo de casa para ir a casa de mi abuela, lo cual para mí también era emocionante porque seguramente que al ser domingo y festivo por partida doble iríamos en el R5 en lugar de ir en el metro (medio de transporte del cual era muy aficionado mi padre y del que yo en los 80 me daba pánico) debido a la cantidad de tribus urbanas que se veían en aquella época por las calles y en el metro que aún siendo chavales un pelín más grandes que yo (pues imagino que eran adolescentes que se identificarían con un grupo, una película, una ideología,... de la época) yo no los veía así y me daban miedo. El caso es que estaríamos ya, mi hermano y yo deseando llegar para lo primero echarle un bocado a los magníficos sandwish del desaparecido horno de Tudescos y del cual éramos toda la familia clientes fijos, y por supuesto deseando yo al menos, llegar para cogerle a mi tío el suplemento infantil que venía por aquellos entonces y que no recuerdo el nombre pero sí el contenido, de la revistilla de cómic que la encontrábamos junto al dominical del País. Me gustaba mucho porque venían historietas de Mortadelo y Filemón, Zipi y Zape, .... y por supuesto en la última página venía una nueva historia de la siempre querida para mí 13 Rue del Percebe. Además venían una serie de pasatiempos también para niños entre aquellas páginas de historietas cómicas y que daban color a aquellos días grises que por esta época son tan habituales en Madrid (bueno al menos lo eran). Además fueron unos años en que se respiraba a muñecos, no sé, había jugueterías por todos lados donde podíamos encontrar aquellos magníficos muñecos de los 70 y 80, jugueterías donde olía a muñeco, donde el trato era personal, donde los niños nos volvíamos locos, jugueterías que tenían todo lo que veíamos los niños por la tele, tiendas como mi añorada Cacharrería, como la Pelota de Goma, como la Playa,...etc Todas ellas ya desaparecidas pero que guardo con mucho gusto en el recuerdo.
En fin gracias a esta revista de cómics y a los cómics que tenía mi tío y que yo devoraba, tuve mi primer acercamiento al cómic y me empecé a aficionar a ellos queriendo ampliar horizontes y fue así como fui descubriendo otras historias y personajes fuera de las que se hacían en nuestro país y que ayudaron muchísimo a mi imaginación a volar junto a mis muñecos. Tal es el caso de este personaje perteneciente a un cómic que me encanta, Excalibur, y por supuesto él personaje en sí me entuasiasma. Se trata de Nightcrawler o Rondador Nocturno, mutante alemán miembro perteneciente a los X-men y que tras su desparición, él y otro grupo de mutantes encabezados por el Capitán Britania forman Excalibur instalándose en la Isla Muir (Escocia). La historia de este mutante me encanta tanto por su apariencia física un diablo azul pero careciendo de ese aspecto de malvado (al menos para mi gusto) así como por su historia personal. Es hijo de otra mutante, la malvada mística y de Azazel. El caso es que Mísitica por circustancias diversas que no voy a desvelar por si alguien no se ha leído los cómics,jjj, y así no chafárselo, lo abandona y es recogido por un grupo de gitanos que trabajan en un circo y con ellos se criará. Estos personajes también pertenecen a Marvel.
El caso es que os voy a presentar a mi Rondador Nocturno, para mi gusto está muy bien hecho y conseguido respecto al personaje.
La verdad que aunque tiene ese aspecto de diablillo, con su rabito terminado en flecha, los tres dedos que lleva en las manos y en los pies, esos ojos amarillos,... creo que el hecho de ser azul lo aleja bastante de un personaje diabólico y además refresca su presencia dándole personalidad y haciéndolo especial.
Siempre me han gustado los personajes que bien por su aspecto físico, bien por sus valores o bien por ambas cosas, fueran distintos. Creo que el caso de Kurg Warger (Nightcrawler) es así, además de ser un mutante (lo cual ya lo hace distinto al resto de los humanos), dentro de los mutantes a mí entender es de los más especiales, pues es un personaje con un alto sentido espiritual: es católico, hecho que al principio en las historias no se le daba mucha importancia pero que en sus últimas apariciones adquiere importancia, incluso se ordena sacerdote. Es un personaje muy práctico, es bromista y aficionado a la lectura destacando su pasión por los libros de capa y espadas, además le gusta la esgrima (afición que yo también comparto,jjj). No sé, me parece el personaje o de los personajes más sensibles y especiales de esta saga además tiene una historia personal muy especial y su aspecto lo hace distinto entre los distintos, por eso que me guste tanto.
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