Entre las múltiples colecciones que hago y tengo, hay una que he empezado hacer en un breve período. Se trata de una colección de figuras de animales en PVC, que recuerdan mucho a los de la marca Comic Spain. Me refiero a los de la marca Schleich, Papo y Safari.
La afición a estos animales, la inicié porque vi en ellos a perfectos aliados de juegos para hacer dioramas con otros muñecos de mis diferentes colecciones. En concreto, me parecieron ideales para muñecos de la escala Madelman o parecida, como la de los Megos y Big Jim.
El caso es que fui adquiriendo algunos para hacer pequeñas escenografías y descubrí, que estos toys también merecían darles una oportunidad de formar por sí solos parte de mis colecciones varias,jjj.
Por lo tanto, decidí que iría adquiriendo aquellos, que además de servirme para formar parte de escenarios y así jugar con mis otras figuras, intentaría que me sugirieran algo, bien porque me recordaran momentos de mi infancia o sencillamente porque me gustara el muñeco en sí. En consecuencia, no colecciono todos los animales de Schleich y de las otras marcas, sino aquellos que para mí son esenciales por diferentes motivos. De ahí, que en general mis colecciones sean tan anárquicas, es decir, no soy de adquirir todo de algo que me guste, sino que busco lo que me gusta de todo.
Estas marcas han sacado al mercado entre sus muchas series de colección de figuras de acción, la de los animales tanto reales como fantásticos que son una auténtica maravilla. Incluso han hecho dinosaurios y animales prehistóricos que son una pasada. Me gustan mucho pues tienen una acabado perfecto que le imprimen gran realismo a la figura en cuestión.
Bueno pues el primer ejemplar que os voy a presentar se trata de una llama y en concreto de la marca Safari.
Cuando la vi no me pude resistir a traérmela pues en ese instante no pude evitar acordarme de "Marichari", jjj, ¿quién será... "Marichari"?
Sí, efectivamente me refiero a la protagonista de aquel famosísimo sketch de Barrio Sésamo llamado Yo y mi llama. Para muchos no será famoso e incluso muchos ni os acordaréis, pero para los que crecimos en compañía de Espinete y Don Pinpón y a día de hoy somos unos nostálgicos ochenteros, este episodio de Mi llama y yo, lo tenemos grabado en algún lugar de nuestro disco duro de los recuerdos. Alguna vez echamos mano a ellos por diferentes motivos: nostalgia, reuniones con amigos de nuestra misma generación que al final terminamos no sé porqué hablando y desvariando de nuestra infancia,jjj, y porqué no, en este caso concreto de la llama, si vamos al zoo y las vemos por allí, es imposible no acordarse de los acordes y letra de aquella canción y por supuesto empezamos a cantarla de forma inconsciente. ¡Es como un acto reflejo!
No sé si con el tiempo os habéis dado cuenta de que este sketch que supuestamente tenía un carácter didáctico, si os ponéis a analizarlo descubriréis que la letra no tenía ni ton ni son, pero no sé porqué cuando éramos peques nos enganchó y se quedó guardada en nuestra memoria. Mi mejor momento de la canción es este:
"....... a ella le gusta el dentista porque mi llama es muy lista,
yo no te pierdo de vista,
que aquí estoy siempre junto a tí,
abre la boca, que a nadie le choca,
luego nos iremos a jugar,
enseña el colmillo, te lo cepillo
que este enseguidita va a acabar............."
(fragmento de la canción "yo y mi llama", de Barrio Sésamo).
Este tipo de canción solía ser muy típica en los sketch del citado programa. Eran melodías con letrillas sencillas, con la finalidad de que el niño/a terminara de ver el programa y tuviera la canción metidita en su cabeza (daba igual que aprendieras lo didáctico que hubiera). Tenían unas músicas también muy elementales pero pegadizas, simpaticonas y relajantes. Lo cual era bueno, ya que generalmente era el momento de la merienda y acababas de llegar del cole super alborotada/o y de alguna forma tenías que relajarte.
Sinceramente a día de hoy, sigo sin entender que nos quisieron transmitir con este episodio de la llama. No sé, si querían enseñarnos que los niños teníamos que ir al dentista y por supuesto no tener miedo (cosa algo difícil por otra parte,jjj, pues con esos aparaticos cualquiera iba. O por el contrario, nosotros teníamos que cuidar de nuestras mascotas y llevarlas al médico. Esto tampoco me quedó muy claro, no sé si Marichari iba al mismo dentista que su dueña o por el contrario iba a un veterinario. La verdad, que esto me descolocaba bastante pero hoy en día sigo igual. Pero me puedo echar unas risas!
De niña recuerdo que me hacía estas preguntas peor no buscaba respuestas, pues yo soñaba con meter en mi casa a una llama como "Marichari" o porqué no a un pingüino, jjj.
Y llegado este momento creo que merece la pena recordar a "Marichari", aquella mascota inocente que iba a su visita periódica con su dentista.
Barrio Sésamo me permitió que mis tardes de infancia fueran mágicas, llenas de ilusiones, me permitió saborear de la compañía de mi hermano y de sentir el calor de mis padres y por encima de todo me otorgó creer que podía tener a una "Marichari" en casa o a un Coco o Gustavo de compañeros de juegos, y porqué no tener de vecinos a Epi y Blas. Esa era y es para mí ¡la mágia de Barrio Sésamo!
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