EL REY DE LA CARRETERA

Esta entrada se la voy a dedicar a un compañero de viaje de mi infancia y adolescencia, que nos acompañó  durante 23 años en los buenos y malos momentos familiares y que nos permitió visitar y conocer gentes y lugares nuevos y otros especiales. Fue un compañero algo especial pues olía a gasolina, tenía cuatro ruedas y  tres puertas. Estoy hablando de nuestro coche familiar, mi R5.

Recuerdo la primera tapicería del coche, aquella hecha con una tela especie de borreguito, tipo leopardo, con manchas cremas y marrones. Una tapicería que se ponía y se quitaba como si fuera un cubre sillones, aunque eso sí, te las veías y deseabas para quitarla,jjj, al menos a mi padre le pasaba eso y al final no se quitaba, sencillamente se aspiraba o barría con unas escobas de coche. Además de esto, a los niños se nos prohibía comer, beber, vomitar, poner los pies en el asiento de alante, entrar en el coche con los pies llenos de barro (aunque lloviese a cantaros y estuviese todo embarrado), no podíamos pisar charcos aunque fueras por donde fueras hubiera agua ya que se trataba de algún día lluvioso madrileño de aquellos años 80 (vamos que nuestros padres querían que entraramos levitando en el auto,jjj)... etc. Vamos, una serie de reglas que cuando se es niño es imposible cumplirlas y más en una época en que no hacíamos más que movernos en el coche ya que no había cinturones de seguridad, ni sillitas, .... pero aún así las cumplíamos a rajatabla, al menos mi hermano y yo así lo hacíamos.

La verdad que aquella tapicería vista hoy en día sería bastante hortera pero nos encontrábamos en los años 80 y en aquellos tiempos esa forma de cubrir los asientos era estar dentro de la onda de las modernidades del mundo del automóvil casero, jjj. Fijaos si era rompedor que el gran Pedro Almodóvar en sus películas solía ponerlo cuando sacaba algún coche. Tal es el caso y sirve de muestra la tapicería del taxi que sale en su magnífica Mujeres al borde de un ataque de nervios, (1988). Aunque eso sí, en el film está algo más exagerado y más dentro del universo Almodovariano lo cual lo hace único.

     

Para mí Almodóvar es un "icono de modernidad",  en su faceta más vanguardista, arriesgada, atrevida, transgresora,... con una visión para mi entender interesantísima y singular de ver y entender la realidad social. Desde una óptica que le ha hecho crear su propio sello, su mundo y universo Almodovarino. Criticado por unos y admirados por otros, entendido por unos pocos y no comprendido por muchos, pero eso sí a nadie deja indiferente, he ahí su grandiosidad.

A mí entender, no creo que la forma en que él ve la realidad social sea tan diferente a la de los demás. Pienso que lo que le hace tan polémico y la mayoría de la veces incomprendido por algunos sectores es la forma en que él plantea sus historias, tanto a nivel argumental como a nivel estético. 

Sus historias no difieren a la de otros creadores ni se alejan de los sucesos que nos cuentan a diario en los diferentes medios de comunicación. Lo que lo diferencia es el valor que le ha echado  siempre al contarlas. Él nos habla a veces de pedofilia, de maltratos, abusos, el incesto... aspectos que están por desgracia muy de moda pero que si nos salimos del telediario donde contarlo parece que no está bien visto tratarlo y mucho menos usando un arte como es el cine. Nunca he entendido como hay gente que no entiende o no quiere comprender que en el fondo lo que está haciendo es denunciar estos comportamientos tan repuznantes que están en la sociedad.

También nos habla de amor y de esto mucho aunque sean amores prohibidos por la sociedad, o amores enfermizos, amores tan apasionados que como espectador sufres de ansiedad y cierto estrés el ver como alguien puede querer a otra persona de esa forma, de una manera como si se le escapara la vida en cada segundo que respira.

Y por supuesto hay algo que para mí ha hecho que Almodovar haya ganado puntos y es el hecho de haber tocado en algunas de sus películas temas como la donación de órganos o enfermedades que están presentes en nuestro día a día. 

Gracias a la forma que tiene él de exponer y contar sus historias, ayudándose de la parte visual, de la parte estética, del uso de los colores, de la música, e incluso de la confección del cartel publicitario del film,... se puede permitir el lujo de crear en cada una de sus películas esas atmósferas, tan políticamente incorrectas a día de hoy de exponerlas en el arte ya que parece que solo tienen cabida estos hechos ser contados en telediarios o en programas realitis hechos para tal fin.

Ver una peli de Almodóvar a nadie le deja indiferente y eso es o que le hace único e irrepetible y ha conseguido crear un submundo dentro del subrealismo y eso es el término Almodovariano.

Yo he visto casi toda su filmografía desde muy pequeña, pues es un autor muy admirado por las mujeres de mi familia, me refiero por mi madre y mi abuela Pepa. Siempre recuerdo con cariño sus pelis, en especial las de los 80, aquellas donde se atrevía a contar de forma fresca, con humor y con cierta atmósfera almodovariana grandes historias, en las cuales de forma transversal usando pequeñas historiecillas contaba o aprovechaba para hacer denuncias sociales como la pedofilia, los malos tratos, los abusos, el incesto, el rechazo de los enfermos de VIH ... pequeñas historias que dan sentido a esa gran historia que el director pretende contar y sin las cuales sería imposible y dejaría de tener sentido.

Si hay una película por encima de todas que me ha marcado esa es sin duda aquella en la que se nos cuenta un amor prohibido para muchos, pero en definitiva una historia de amor. De amor enfermizo, obsesivo,... pero de amor. Me refiero a la siempre magnífica "La ley del deseo" (1987). Jamás me olvidaré la noche que la vi con mi madre en aquel magnífico ciclo que TVE dedicó a Pedro Almodovar. Recuerdo como mi madre me fue explicando todo aquello que ella sabía que sino me lo explicaba me podía crear rechazo o confundir, pues yo por aquellos años era una niña de unos 12 o 13 años. 

Sí, es verdad hay films de su filmografía que no me gustan pero tiene auténticas joyas como: "La ley del deseo", "Laberinto de pasiones", "¿Qué he hecho yo para merecer esto?",  "Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón" (este film lo considero mas experimental), "Todo sobre mi madre" y "Volver".

Siempre que veo sus pelis me acuerdo de mi abuela Pepa ya que ella lo admira mucho y se siente muy importante de ser manchega al igual que él, en concreto de Castellar de Santiago (Ciudad Real). Cuando echaban alguna por la tele me decía: "Hoy a tal hora echan una peli del manchego", y yo con una sonrisa sabía que se refería a Pedro. A través de sus personajes veo a mi abuela, esas mujeres de carácter fuerte, con esa forma de vestir y combinar los colores en plan "My Way", que viven con los recuerdos de su pasado y obsesionadas con los fantasmas y sus muertos, teniendo una forma muy natural y especial de referirse a ellos... y por supuesto haciendo magníficos pistos, asadillos y ajillo (gachas manchegas). Me encanta ver en sus películas escenas donde están cortando tomates, pimientos, cebollas, .... pues huelo al pisto de mi abuela, jjj.

Quiero darle por tanto las gracias a Pedro pues el día que falte mi abuela me ayudará a recordarla (aunque eso me haga daño) el ver sus películas, hará que tenga su cocina presente y de esa forma me ayudará a recordar esos olores y sabores de la cocina de mi abuela.

Si me gustaría exponer que últimamente echo mucho de menos a ese Pedro políticamente incorrecto que tan bien ha sabido mezclar esas atmósferas claustrofóbicas y chirriantes con su humor tan manchego, ese Pedro arriesgado, atrevido, trangresor de los 80 con esa frescura en sus historias y su óptica visual de plasmar la realidad, a ese Pedro que hizo cosas que nadie se ha atrevido a contar y que por desgracia a día de hoy a pesar de lo que hemos evolucionado films tan rompedores como fue "La ley del deseo" no se harían hoy en día, es más creo que el mismo autor no lo haría.

Por todo ello, le quiero agradecer a Pedro su labor contando historias que para mí son esenciales ya que busco aspectos de mi propia historia, como puede ser el ver reflejado en algún personaje a mi abuela Pepa. ¡Muchas gracias Pedro!

Uff, nunca me imaginé que el hablar de la tapicería de mi R5 diera para tanto de sí,jjj.

En fin, siguiendo con mi R5 hay algo que me encantaba y es por lo que se merece este pequeño homenaje. Compañero que en 23 años no nos dejó nunca tirados, nos llevó a todos los destinos que quisimos y con el que compartimos confidencias la familia. En su interior se han quedado historias y recuerdos imborrables, algunos difíciles y otros fáciles pero todos nuestros.

Mi R5 era blanco muy parecido a este que os muestro de juguete y el cual tengo en su honor.

Una de las cosas que más me gustaban eran aquellos viajes de semana santa o de verano que hacíamos al pueblo y los cuales eran interminables y bastantes calurosos,jjj. Que al pobre lo cargábamos hasta casi reventarlo y  por si no era suficiente en la baca le poníamos también la bici. El caso es que gracias a esos viajes él se convirtió en un gran cómplice de mis gustes musicales.

Recuerdo que a mi padre le encantaba salir de viaje a eso de las 5 de la mañana o como el decía al apuntar el sol, momentos en que la radio del coche la dominaba mi madre y como a esas horas no había programas de política y sociedad, eligieras la emisora que fuera siempre oías música. La cual a su vez me di cuenta que era distinta a la que ponían por la mañana, era música más intimista, y que creaban una atmósfera de paz y tranquilidad en el coche necesaria para que mi padre estuviera concentrado en su conducción a esas horas. Dos temas que no olvidaré y que me encantaba escuchar a esas horas y que lo ponían son: Woman in love de la magnifica Barbra Streisand y por supuesto el Wonderful life de Black.

Otro momento musical que recuerdo y que me encantaba era cuando íbamos por General Ricardos, bajando de Carabanchel Alto hacia el bajo y escuchaba en la radio aquel inolvidable Cuatro Rosas de Gabinete Galigari. 

Para mi es muy importante este momento pues al escucharlo iba viendo aquellas magnfícas vistas de Madrid que se me abrían a mis pequeños ojos según bajábamos la calle y eso es algo que jamás olvidaré. En esos momentos esa canción me hacía sentir que para mí Madrid era todo un coloso por descubrir y me impresionaba al mismo nivel que me puede impresionar salir del metro en la New York y que se me quede el cuello tieso de mirar hacia arriba y no ser capaz de ver el fin de los edificios y donde está el cielo y sentirme diminuta en una gran ciudad.

Pero si hay un recuerdo musical por encima de todos es el creado por mi padre por hacernos escuchar una y otra vez a su admirado Juan Valderrama.

En los viajes a Andalucía había algo especial y era que nada más que pasábamos el Puerto de Despeñaperros mi padre ya tenía preparada su cinta de Juanito y a ya a partir de ahí hasta que llegábamos a la Puebla de los Infantes (Sevilla) y posteriormente nos desplazabamos por la provincia íbamos al son de Valderrama y de otros de su misma gesta,jjj.

Siempre me quedaré con Juan Valderrama ya que se ha convertido en otro icono de mi infancia gracias a mi padre. Gracias a él, es decir a mi padre, he aprendido a valorar un tipo de música que aunque no forme parte de mis preferencias musicales, pues yo soy más anglosajona en este aspecto, sí respeto, conozco y valoro mucho la importancia de la copla y del flamenco en nuestra cultura y en especial en mi familia.

El día que desapareció Juanito Valderrama, además de morir el ídolo musical de mi padre a mí se me murió algo de mi infancia.

En fin, como de transporte familiar estoy hablando nada mejor que recordar y así ayudar a cerrar esta entrada de homenaje a mi R5, con aquel Rey de la carretera que tan popular hizo Valderrama en su momento y que para mi familia, sobre todo para mi hermano y para mí es un himno.

Cuando pasó a ser mi coche, me encargué de tenerlo limpio, reluciente y siemprea punto como él se ha merecido siempre ya que ha sido mi corcel blanco.