Son varios los motivos
por los que me gusta frecuentar los salones del cómic. Como ya sabéis, el principal, mi
gran amor al cómic.
Otra razón es que en estos lugares se presentan
ocasiones para mí de oro en donde puedo conocer de primera mano a personas que realizan un
trabajo brillante para el mundo del cómic. Y no me refiero estrictamente a las
grandes promesas. No. Me refiero a los chavales que están empezando. Unos
chicos que derrochan ilusión en su mirada, y es eso, precisamente, ese entusiasmo lo que me mueve, porque, a modo de vampiro, me gusta llenarme de él, dejar que me embruje, me contagie y me permita dar rienda suelta a mi imaginación. Es como si este feed back de ilusión que rebosan los sueños de estos jóvenes potencien a los míos y aumenten mis
proyectos, los cuales siempre vienen cargados de utopías que llevo a mi vida y a mi trabajo, mi vocación: la docencia.
Es fantástico poder
hablar con estos chicos porque están deseando compartir sus proyectos, sus
últimos trabajos, que conozcas su obra, que sepas como trabajan… en
definitiva, ser escuchados. Son
tantas las inquietudes e intereses que quieren compartir contigo en tan poco tiempo que solamente por
ese coraje merecen todo mis respetos. Todo esto no tiene precio y ellos están deseando hacer partícipes a los demás.
Hay algo que me encanta ver y es que
cuando te interesas por sus obras se quedan impresionados y a la vez abrumados
sobre todo si les dices que les sigues por las redes sociales.
Y este ha sido el caso del escultor madrileño Juan
Blu Catcatcat
Studio, apodado Blu. Conozco
su obra hace relativamente poco pero ya la tenía presente antes de ir a
la Heroes
Comic Con. La descubrí por
casualidad en Instagram, en concreto buscando figuras de acción.
No sé el
motivo pero di con él. Bueno, di con uno de sus famosos gatos, los cuales me
cautivaron. Automáticamente tuve que investigar si había más gatos como este y
saber quién era su autor, de dónde procedía, qué más cosas hacía y qué relación
tenía con el mundo del juguete. De esto último rápidamente descubrí que no
tenía conexión directa aunque en la práctica una figura de acción no deja de
ser una escultura hecha en goma o plástico para uso y disfrute de un niño o de
un adulto coleccionista, como es mi caso.
En fin, estos gatos me han conquistado y creo
que en parte es por la raza de minino elegido. Me recuerdan a los gatos
egipcios, en concreto a los que representaban a los dioses egipcios. Y como de
deidades al final va el tema, los relaciono directamente con una gata
famosísima del Olimpo DC: Catwoman ¡miau!
Este artista juega con la escultura clásica, con
el popart, el arte urbano… y crea unos michos antropomórficos únicos.
¡Qué bonito es poder ver hecha realidad la frase
célebre que tanto menciono en mis clases a mis “chatis”!: “Imaginación al
poder”. Mientras haya gente como Juan Blu siempre nos gobernará y guiará la
imaginación. Disfrutemos y perdámonos en ella sin miedos ni prejuicios.
Os presento a Horacio, el guardián de mis
colecciones. Un Olimpo habitado por superhéroes y muñecos que conviven con mitos del cine. No quedaba otra, Horacio tenía que ser el elegido.
Horacio, como LordCat |
Algunas obras de este genial escultor y que tuvo a la venta en su stand de la pasada edición de la HeroesComicCon en Madrid.