Una de las cosas que más me gusta
hacer en mi tiempo libre es, sin duda, viajar.
Viajar me permite enfrentarme y
superar muchos de mis miedos, me posibilita descubrir, abrirme y comprender
otras realidades diferentes a las mías, me hace sentir más empatía hacia lo que
es diferente para mí. Me faculta el replantearme y cuestionarme algunos de los
patrones de mis pensamientos, me facilita el conocerme mejor y ver hasta donde
soy capaz de abarcar en determinadas situaciones y ver como reacciono ante
determinados contextos sin tener la influencia directa de mi entorno habitual. Otro de los aspectos que me
gusta es el enriquecimiento personal que experimentas. Y por supuesto, el matiz que no me falla es
que puedo descubrir fantásticos lugares repartidos por el mundo.
Ojalá tuviera más tiempo para
aprovecharlo en recorrer mundo.
Uno de los
aspectos que más me gusta de un viaje es pensar en los diferentes medios de
transporte que voy a tener que coger. Entre ellos, los que más me gustan sin
duda son el avión y el tren. Además de ser bastante cómodos son rápidos, algo esencial para mí.
Mientras llega la travesía de mis
sueños seguiré haciendo pequeños viajes que de una forma u otra me preparen
para ir al lugar con el que siempre he soñado y fantaseado. Espero que en algún
momento deje de ser un sueño y se haga realidad. Pues no hay nada más bonito
que dejar de soñar tu vida para empezar a vivir tu sueño.
Y por último, lo mejor de todo es el
regreso al hogar ya que siento un crecimiento personal como nunca antes. Es el
momento de recapitular todo lo que he hecho, lo que he visto, los sabores que
he probado, los olores que he descubierto, los colores que me han seducido… La
sensación que traigo es de limpieza mental y espiritual.
Chatis, no dejéis de viajar.